Reportajes y Especiales

Tachirenses abandonan sus puestos de trabajo

26 de febrero de 2018

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El alto costo de los productos de primera necesidad, la pérdida de la calidad de vida, la inflación, unidos a un salario mínimo por debajo del precio de la cesta básica alimentaria, el aumento de los pasajes urbanos y suburbanos, ha llevado a los tachirenses al igual que gran parte de Venezuela a buscar nuevos horizontes en otros países, abandonando sus puestos de trabajo, dejando sin mano de obra al aparato productivo regional y nacional. En cualquier parte se escucha: ¡Me voy!

“El sueldo mínimo no me alcanza ni para comer. Me sale más caro ir a trabajar que quedarme en casa”, afirmó en la plaza Bolívar Emeterio Díaz, trabajador de la construcción, alegando que nadie está construyendo, no hay obras y “estamos pelando gajo”.

La respuesta está en el puente internacional Simón Bolívar. (Foto/ Gustavo Delgado)

Díaz, obrero de oficio, resumió con su ligero comentario la situación actual por la que atraviesan todos los gremios, donde hay abandono de puestos de  trabajo en el sector salud, educación (profesores y estudiantes), vigilantes privados, policías, cuerpos de seguridad militares, bomberos, así como panaderías,  restaurantes, hoteles, supermercados, carnicerías, charcuterías y en toda la empresa privada.

En el sector público se asegura que hay abandono de trabajo. “Todos se  están yendo”, afirmo el popular “Lechero”, Danilo Quitian, quien aseguró que en el Hospital del Seguro Social puede haber un cierre técnico, así como en el Hospital Central, el Poder Judicial, Fiscalía del Ministerio Público, alcaldías, Gobernación y concejos municipales.

El cuento que todos cuentan es que “el sueldo se me va en pasajes. No estamos ganando en la quincena ni para un día de alimentación, es decir que al mes puedo comprar comida para dos días, el resto lo gasto en ir y venir, por eso me voy para Ecuador dónde haré lo que sea”, dijo un profesor universitario asegurando que por eso es el alto índice de inseguridad, ya que hay mucha gente ociosa “pensando en otras cosas”.

Estadísticas

Universidades en el Táchira se quejan de que la matrícula cayó. Algunas tenían 13 mil estudiantes y ahora sólo hay cinco o seis por aula, las cuales quedaron vacías, además que el personal también se está marchando fuera el país.

En una experiencia relatada a un medio de comunicación de Colombia, la periodista Fabiola Niño aseguró que en La Parada, departamento Norte de Santander, Colombia, consiguió a un médico venezolano vendiendo café y quien le dijo que un día de trabajo le representaba en ganancias la quincena que está recibiendo en un hospital nacional, y que junto con él hay varios.

Javier Tarazona, presidente del Colegio de Profesores del Táchira, denunció que a más de 45 % asciende el porcentaje de deserción de docentes en los diferentes centros educativos del país, según investigaciones hechas por la Red de Educadores en Defensa de los Derechos Humanos.

Todos los días decenas de personas acuden al Registro Principal a apostillar documentos. (Foto/ Gustavo Delgado)

Afirmó que muchos de los docentes han abandonado los planteles escolares “sin siquiera presentar la renuncia formal al Ministerio de Educación o en su defecto a las direcciones de educación estadales o municipales”.

Indicó que el mayor porcentaje de deserción se refleja en los colegios privados, donde el 60 % de los docentes ha abandonado las aulas, fundamentalmente por las deficiencias salariales y demás beneficios laborales.

Dijo que en el estado Táchira, más de 250 docentes han formalizado por escrito ante la Dirección de Educación estadal su renuncia, mientras que en el Ministerio de Educación han realizado este trámite más de 400 profesores, aunado a aquellos profesores que se han ido de manera informal.

Desespero empresarial

En virtud de la fuga de mano de obra o de cerebros, el gran éxodo de venezolanos que a diario cruzan el puente internacional Simón Bolívar, se ha registrado un desespero en el sector empresarial, pues han quedado sin trabajadores; por ello en innumerables empresas, pegadas en sus puertas están los avisos ofreciendo empleo.

Una de las fehacientes pruebas de que en el Táchira se agota la mano de obra por la fuga de la misma a Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Argentina, está en la proliferación de anuncios  radiales donde  en todos los sectores solicitan personal para trabajar; desde un hotel donde necesitan camareras, recepcionistas, hasta una agencia de Transporte de Valores solicitando  choferes, vigilantes; igual hay peluquerías, una floristería, y muchos restaurantes pidiendo mesoneros, cocineros o cocineras.

Al parecer, todos corrieron con el fenómeno de la “fiebre” de salida del país en busca de mejorar la condición de vida que según afirmaron, en esta oportunidad no se está logrando a pesar de que Venezuela, como aseguró Andrés  Medina: “Era el país más rico de América Latina y ahora tenemos que salir corriendo, huyendo, porque el hambre nos persigue”.

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“Trabajo para que me vean”

Antes, la plaza Bolívar de San Cristóbal era el lugar predilecto en horas del mediodía y al final de la tarde para que la masa trabajadora del centro de la ciudad llegara a tomar un rato de descanso. Ahora, está repleta de desempleados.

Elícer Arrieta aseguró: “Aquí estamos todos los obreros de la construcción esperando que salga algo, porque en la obra donde estábamos la pararon y en el sector privado pagan sueldo mínimo, es decir que estaba trabajando para que me vieran porque los del Sindicato del Transporte aumentaron el pasaje y ni para eso alcanza”.

Pedro Arzola manifestó: “Aquí se trabaja es para no quedarnos en la casa, ese sueldo mínimo no alcanza para un cartón de huevo, ni para un día de comida”.

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Enfermeros a otros horizontes

En un trabajo de la periodista Nancy Porras publicado en Diario La Nación se destaca que “más de 225 enfermeros decidieron renunciar para trabajar en otro país, porque el sueldo que ganaban no alcanzaba para cubrir sus necesidades.

En total, son cerca de 400 profesionales de la enfermería a nivel nacional, entre ellos 225 del estado Táchira, dejaron sus cargos fijos y buscaron trabajo en otro país”.

En la plaza Bolívar, muchos aseguran que pierden más si van a trabajar. (Foto/ Gustavo Delgado)

Daniel Lizcano, presidente del Colegio de licenciados en Enfermería del estado Táchira, precisó que los sueldos de estos profesionales son muy bajos, un técnico superior devenga por el Ministerio de Salud el salario de 274.677 bolívares, si se le suman los bonos, no llega a 1 millón de bolívares; y el licenciado en Enfermería gana 292 mil 325, y agregando el ticket cesta no alcanza a ganar 1 millón 100 bolívares, ambos sueldos no cubren los gastos tanto individuales como a la carga familiar de los enfermeros y enfermeras.

Destino de la mano de obra

José Antonio Linares, estudiante de Ingeniería, merodeaba por los alrededores del Registro Principal en la prolongación de la Quinta avenida de La Concordia:

“Estoy junto a mis dos hermanos apostillando partidas de nacimiento, título, cursos y lo que sea porque nos vamos para Chile. Esta vaina no la aguanta nadie. Sólo se quedan cuidando la casa mi papá y mi mamá. Nosotros nos vamos buscando mejores oportunidades. Allá sabemos que no será fácil pero ya me dijeron que voy a recoger aguacates en una finca, mi hermana trabajará  en una peluquería y al otro hermano le aseguraron puesto en una panadería. Lástima, todos dejamos los estudios por la carestía aquí ningún sueldo alcanza”, expresó con mucha nostalgia.

Andrés, joven profesional de la Arquitectura, dijo que  se va para Ecuador: “De allí, si no hay trabajo me voy a Perú, donde me dijeron que puedo estudiar; si no, terminaré en Chile”.

Aseguró que la odisea comienza en apostillar los documentos porque la página no abre y hay que darse unas madrugadas grandes: “Porque no hay para pagar a los gestores, que están haciendo su agosto con la desesperación de quienes queremos salir huyendo del país ante tanta carestía”.

Omar Suárez relató que ha luchado para no dejar a sus dos hijos, su esposa y su mamá aquí, “pero ¡tocó¡ Me voy, primo. Esto se puso difícil. Gano sueldo mínimo y no alcanza para comer, más ahora con el aumento del pasaje… creo que voy a parar a Argentina, donde están aceptando el título universitario venezolano”.

La mayoría de los consultados con intenciones de apostillar documentos en el Registro Principal denotan desespero, decepción y ansias de salir del país en procura de un mejor porvenir. La ruta que han marcado después que crucen el puente internacional es: Colombia, Ecuador, Perú y Chile, uno que otro habla de Argentina y hasta una dama mencionó a Bolivia, donde aseguró en materia informática hay mucho trabajo y reciben bien a los venezolanos, porque dicen que están bien preparado en ésta área.

Augusto Medina

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