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Regional
Tachirenses se plantean ganarle a la inflación y desde ya congelan las hayacas del 24 y 31-D
2 de diciembre de 2017
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Aunque en la zona andina sus pobladores se precian de llevar a sus mesas productos frescos y de buena calidad, los altos precios de los insumos, que prácticamente aumentan todas las semanas e incluso a diario, han hecho que familias tachirenses en particular emprendan una batalla para ganarle la carrera a la inflación en la época navideña, a costa de no degustar el plato protagonista de estas fechas recién retirado del fuego.
“Es mejor hacerlas ahora, que esperar al veinticuatro o treinta y uno de diciembre, porque no sabemos a qué precios irán a estar; mire cómo la carne en dos meses ha aumentado el precio, en trescientos por ciento e incluso más; el pollo no se consigue, y el cochino, ese si no se puede comprar, si ahorita está a 110 mil bolívares el kilo y en otras partes a mayor precio, ¿cómo estará para las fechas tradicionales?; definitivamente, ya no se van a poder hacer de cochino, serán de res”.
Así lo dijo Ana Pabón, mientras compraba en un mercado de la ciudad los ingredientes para hacer este mismo fin de semana el pastel favorito envuelto en hojas de plátano. Ella, además, es un ejemplo de que sigue siendo una realidad en la familia venezolana la frase “la mejor hayaca la hace mi mamá” -probablemente con contadas excepciones-, pues sus hijos y nietos aseguran que son las mejores hayacas que se comen en el año, debido a la laboriosidad y el amor con los cuales prepara ese plato.
Miedo a diciembre
Y es que hablar de hayaca con quien la elabore, sea que la haga durante todo el año o exclusivamente para la familia el veinticuatro y treinta y uno de diciembre, es hablar de cómo están la economía, la inflación y los precios.
“Sara”, quien no quiso dar su nombre real, al parecer porque es la única que hasta esta semana tenía el producto a 15 mil bolívares el kilo, y por donde vive quienes lo hacen lo están vendiendo a 20 mil, dijo que dejó de hacer hayacas los fines de semana y ahora solamente las hace por encargo.
“La gente las está comprando para congelarlas porque les da miedo esperar a diciembre, porque todos los días suben los precios; esta semana, por aquí las vendieron a 20 mil, y no es para menos, ya que los ingredientes importados, como la alcaparra y la aceituna, no se encuentran; en el mercado no conseguí sino aceituna con hueso, la que tengo, de frasquito de cuarto, la adquirí antes; las pasas están a 300 mil. Este año va a ser muy duro para las familias comerse una hayaca, están muy caras, porque ahorita están a 20 mil, imagínese cómo estarán en diciembre; no tengo ni idea, todo depende del costo de los ingredientes”. No falta quien estime que pasará de los 50 mil, y de res, porque la de puerco tendrá un costo mayor.
Las hayacas de Glorimar
Glorimar Maldonado, quien tiene diez años haciendo hayacas, en la carrera 18 entre pasaje Acueducto y calle 11, empieza a elaborarlas en marzo, pero este año lo hizo en octubre, cuando estaban 15 mil bolívares, porque -dijo- no podía trabajar con el aumento consecutivo de los productos. Recordando que en diciembre del año pasado vendió las hayacas a 2 mil bolívares, e indicó que la situación de altos costos es igual, pero decidió continuar haciendo hayacas.
Mientras las hacía, comentó que el frasco de aceituna con hueso de doscientos gramos, el que consiguió lo compró a 98 mil bolívares; los garbanzos a 90 mil bolívares el kilo; alcaparras no consiguió, ni siquiera en el mercado; las hojas las compró a 5 mil bolívares el kilo; el ají dulce a 3 mil (k); el cebollín a 4 mil; la cebolla redonda a 20 mil; el pimentón a 15 mil; la sal a 5 mil; sin contar el precio de la harina, el aceite (48 mil bolívares), la carne, el pollo y el cochino, entre otros insumos.
Glorimar hizo las hayacas este miércoles, suficientes para la mesa familiar y también para quien quiera comprarlas y congelarlas hasta diciembre, como -dijo- lo está haciendo mucha gente debido a la inflación.
¿Cómo elabora las hayacas? Comienza un día antes de prepararlas para amarrarlas, aliñando las carnes, que en ese momento eran pollo y res, porque solamente por encargo hacía las de cochino, debido al precio “exorbitante” que tiene; limpiando las hojas y comprando los ingredientes que le puedan faltar.
Al día siguiente, con la ayuda de su madre, Gloria, amasa la harina con el aliño y la bija para darle el color propio al pastel, pica el pimentón en tiras, y arregla la mesa con todos los ingredientes, incluyendo la carne y la harina, con las medidas, las hojas y el pabilo para amarrarlas, y luego procede a cocinarlas durante un par de horas.
La Feria de la Hayaca
La especulación y la inflación hacen deducir que la gente no disfrutará esta Navidad con las hayacas en su mesa familiar, por lo que no falta quien advierta que esa tradición está a punto de “extinción”.
No obstante, hay quienes tienen esperanza en las “ferias del campo navideño” que impulsa el Gobierno nacional, por cuanto, además de productos agropecuarios, también venderán el pernil a un precio más económico, que hará posible a muchas familias elaborar las hayacas del veinticuatro y treinta y uno de diciembre.
De allí que sigue la expectativa sobre este plato de masa de maíz, relleno de carnes y vegetales, amarrado con pabilo o cabuya, que se come durante todo el año, pero que es típico en las fiestas decembrinas.
Marina Sandoval Villamizar
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