Hace cuatro años una joven embarazada, Erika Jaimes, por esquivar un bache perdió la vida. Los huecos no han sido arreglados; al contrario, hay más
Daniela González
El grave estado de la vialidad de la autopista La Fría, tramo Lobatera – San Juan de Colón, ha cobrado un sinfín de accidentes automovilísticos, registrándose hace cuatro años el trágico fallecimiento de la joven embarazada Erika Jaimes, quien por esquivar un bache perdió la vida; pero esto no ha sido razón suficiente para que el Gobierno de turno decida reparar los grandes baches que los conductores deben de esquivar.
A la altura del tramo San Pedro del Río, al frente de la grúa amarilla, permanecen los cuatros baches que en el mes de septiembre de 2015 acabaron con la vida de la colonense Erika Jaimes; el conductor del vehículo se estrelló con otro automotor del carril contrario por maniobrar para evitar caer en los grandes huecos, que no han sido reparados y aún mantienen el recuerdo del trágico accidente, que podría volverse a repetir en cualquier momento.
Con pantano, lagunas y huecos, así está la arteria vial con sentido Lobatera – Colón.
Abandonada y deteriorada está la autopista con sentido Lobatera – Colón, donde a diario corren peligro los conductores que se desplazan por esta importante arteria vial de la zona norte del Táchira. Al dejar Lobatera y comenzar la autopista, es donde inicia el calvario de los profesionales del volante, quienes unos metros más adelante se tropiezan con una curva donde sorpresivamente aparece una gran cantidad de material rocoso que cubre por completo el carril rápido; los vehículos deben transitar con precaución; el lodo ya forma parte de la vialidad, que empeora cuando se registran precipitaciones en el estado.
Luego de este paso, los conductores se exponen nuevamente al peligro llegando a la famosa “grúa amarilla”, donde no hay barrera de división con la vía contraria, pero este no es el problema, sino los baches que se encuentran en ambos sentidos, pues los choferes deben maniobrar para no caer en ellos y terminan ocupando el carril contrario, pudiendo registrarse algún accidente en el lugar.
Posterior a esto y al pasar el viaducto La San Juana, la arteria vial está colapsada por material rocoso y por lagunas, donde a diario se desprenden piedras de gran tamaño debido a que la montaña carece de malla protectora y el material rocoso termina ocupando las cunetas, formándose lagunas en la vía.
“Hace un año pasaba por allí y una piedra cayó encima de mi camioneta, terminé volcándome, aún no he terminado de reparar la camioneta porque los repuestos están muy costosos; recuerdo que también la policía me quería cobrar por un supuesto daño al bien público cuando en realidad el Estado me debería de pagar el arreglo porque ellos no terminaron el trabajo en la autopista, ni colocaron malla protectora”, relató un hombre colonense, quien prefirió mantener su nombre en reserva.
Gran falla de borde
Por si fuera poco, una falla de borde “acecha” a los conductores que transitan por el canal vehicular con sentido Colón – Lobatera, donde no hay ningún tipo de aviso de precaución, solos dos “montones” de tierra que fueron puestos por las mismas personas que a diario transitan por esta vía.
Tanto la falla de borde, como las problemáticas descritas anteriormente, carecen de avisos de precaución por parte de los órganos competentes, principalmente para aquellas personas que esporádicamente transitan por la zona norte del Táchira, ya que los usuarios consecuentes logran ubicar con anticipación los peligros que yacen en la vía; sin embargo, esto no significa que en cualquier momento no sean víctimas de algún accidente de tránsito por el precario estado en que se encuentra la autopista La Fría, tramo Lobatera – Colón.