Regional
‘Un milagro de Dios en el abismo’ escenificado en pesebre fronterizo
30 de diciembre de 2019
Foto: La familia Prato Rincón, en San Antonio del Táchira, lleva más de cinco años haciendo pesebres temáticos. Se han inspirado en maravillas como El Salto Ángel y el Machu Picchu
Jonathan Maldonado
Para la familia Prato Rincón, en San Antonio del Táchira, el pesebre es el primer elemento de la Navidad que debe ser exhibido. “Sin él, ningún adorno o luz puede ser colocado en la vivienda”, es la norma que, por años, ha dictado la señora Carmela Rincón, matriarca de 85 años.
Este grupo familiar, compuesto por ocho hijos y más de 30 nietos y bisnietos, está ubicado en el barrio Simón Bolívar. Desde esa zona, la octogenaria lleva más de cinco años ideando las temáticas de los pesebres que construyen. El Salto Ángel, El Gran Cañón del Colorado y el Machu Picchu, han sido tan solo tres de las maravillas en las que se han inspirado.
En esta oportunidad, el Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Las Lajas, situado en el departamento colombiano de Nariño, fue el punto de inicio. Su arquitectura, de origen gótico, y en el que convergen historias de milagros católicos, fue reflejado en esta obra, casi a la perfección. “Nos llevó mes y medio hacerlo. Terminamos el 16 de diciembre, día que empieza la novena”, precisó Henry Prato.
“Se hace como un homenaje a la encarnación del Niño Jesús. En honor a esa maravillosa realidad nos inspiramos para sacar la temática”, explicó Prato al tiempo que indicó que fue en el Santuario de Las Lajas, de difícil acceso, donde hubo una manifestación de la Virgen. “Este templo, con el transcurso del tiempo, se ha ido delineando”, indicó.
La matriarca da las directrices
La señora Carmela Rincón ha sido fiel devota desde niña. Su madre le inculcó el respeto a las tradiciones católicas, y eso mismo hizo, ya de adulta, con sus vástagos. “Como todo es creación de Dios, nosotros reflejamos en los pesebres un pedacito de él”, recalcó quien deja exhibido el nacimiento durante el año.
“A Dios hay que hacerle lo mejor, dar todo. Yo no pongo una luz, hasta que no tenga el pesebre”, enfatizó Rincón, quien durante su existencia ha sido mariana y lo ha demostrado con la oración del santo rosario.
“Cuando fui a la Gran Sabana, pude constatar que la creación de Dios es hermosa, perfecta”, sentenció mientras lamentaba no haber podido llegar hasta El Salto Ángel. “Yo siempre le pregunto a Dios: qué quiere que yo haga. Él me guía al momento de escoger la temática”, detalló.
Así lo hizo este año, y “recibí la respuesta a través de un programa de televisión”, en el que escuchó hablar de la advocación a la Virgen de Las Lajas, en Colombia, la cual desconocía totalmente. “En ese momento se lo comenté a mi nieta, Lisbeth”, quien se encarga del diseño.
Lisbeth Niño, nieta, es quien se esmera por darle vida, junto a otros familiares, al concepto de la abuela. Como diseñadora, adecúa todo para que encajen tanto los colores como los tamaños que se usan. “Participamos seis personas. Mi hermano fue quien hizo el santuario en icopor”, dijo.
Niño hizo todo lo referente a la pintura y cuidó los detalles para que la obra luciera impecable, tal y como le gusta a su abuela. “Las ideas que aportan mis parientes, las tomo en cuenta al momento de la construcción”, señaló.
Santuario de Las Lajas
El Santuario de La Lajas, conocido también como ‘Un milagro de Dios en el abismo’, es una estructura en la que convergen miles de devotos al año. Los fieles que arriban al lugar, provienen de diversos departamentos de Colombia, así como de otros países.
De acuerdo con la leyenda, la indígena María Mueses y su hija Rosa vieron aparecer la imagen de la virgen en 1754. Desde allí, comienza una devoción que ha experimentado cambios en el santuario. Hoy, su imponente estructura, es testigo de múltiples milagros. Está catalogada como una de las iglesias más importantes de la nación neogranadina.