Este martes, pese a que las gandolas estaban llegando a las estaciones de servicio, el abastecimiento aún resultaba insuficiente en vista de la gran cantidad de automóviles, que desde hace más de un día estaban aguardando para ser surtidos.

Las gandolas habían llegado este martes; pero en vista de los muchos rezagados que durante los primeros días del año esperaron infructuosamente, las colas se extendían hasta 10 cuadras. De otro lado, el día martes ya se estaban incorporando desde bien temprano los vehículos a los que por el número de placa les toca hoy miércoles, y desde el martes mismo comenzaron a marcar con números sus automóviles.

Pese a que prácticamente estaba ya contada la cantidad de vehículos que iban a ser despachados ese día, no pocos conductores se negaban abandonar la cola, ya que de no ser atendidos ese día tendrían que aguantarse hasta la próxima semana, en correspondencia con la última cifra de su placa, con una posibilidad de tener suerte ese fin de semana, siempre y cuando arribaran gandolas.

Desde la madrugada del lunes se estaban ubicando los conductores en sus respectivas colas, algunas extendidas hasta más de 10 cuadras, como la que se dirigía a la estación de servicio Las Colinas, que tomó la avenida principal de Las Acacias, para tomar rumbo por el Viaducto Nuevo y adentrarse en Barrio Obrero. Los vehículos estaban marcados hasta el número 400; sin embargo, la que llegaba apenas alcanzaría para 300 vehículos y, aun así, muchos se negaban a irse, por si un “rayito de esperanza” los iluminaba, porque prácticamente estaban en la reserva.

Para los que usaban sus vehículos para movilizarse, fácil les resultaba sencillamente guardar los carros en los estacionamientos; pero no así para quienes disponen de ellos como herramienta de trabajo y no solo para prestar servicio de transporte, sino para otros oficios más, especialmente los freelances, cada vez más frecuentes en estos tiempos de crisis.

Muchos taxis que son atendidos en la estación de servicio de Las Lomas no contaron con la suerte de estar entre los cerca de 300 que lograron abastecer con algo sus tanques, al menos para trabajar dos días. Esto les ha significado a muchos profesionales del volante, unos 2.800 en el estado Táchira, replantearse la continuidad en esas labores, pues no sirve andar en carretera unos cuantos días al mes.

Freddy Omar Durán