Alejo García
Al terminar la Primera Guerra Mundial, entre 1914-1918, con el resultado de una plena derrota aplastante para Alemania frente a un grupo de países aliados, además humillada y sometida a condiciones económicas gravosas, impuestas tras el Tratado de Versalles, aparece un hombre en la escena política llamado Adolfo Hitler, quien pasó muchas penurias en su niñez y juventud. Había pernoctado varias veces en asilos para buscar comida y actuó como cabo del ejército alemán en esa acción bélica. Desde un principio tuvo en su mente una posición agresiva y de desquite por lo sucedido a su patria en esa confrontación mundial. Luego de varios años de cruenta lucha política y al emplear una campaña hostil contra sus adversarios y empresarios poderosos, el Führer asume la cancillería alemana el 30 de enero de 1933. Una vez en la cumbre del poder, emprendió una drástica, diabólica y transgresora revolución. Entre los propósitos, planes y ejecutorias, tuvo los siguientes, entre otros: como el Partido Comunista tenía serios problemas internos, aprovechó para excluir a los socialdemócratas de la escena política, logró que el parlamento (Reichstag) le otorgara plenos derechos para gobernar, creó un único partido en Alemania, el Nacionalsocialista, formó las brigadas armadas criminales de choque S.S. (camisas negras) y S.A. (camisas pardas)… (cualquier parecido con los colectivos chavistas violentos es pura coincidencia…?), inició una lucha frontal en desmedro de los grandes capitalistas, la concentración de todos los poderes en sus manos con la intención deliberada de destruir a los judíos y a otros grupos sociales, considerados una amenaza seria para la comunidad racial alemana. Además, estimó a sus compatriotas una raza superior y a los judíos una casta inferior.
Así mismo, el gobierno de Hitler persiguió a otros sectores de la sociedad, catalogados de inferioridad racial, tales como: los Romaníes o Gitanos, los discapacitados, homosexuales, testigos de Jehová y también fueron hostigados varios grupos por motivos políticos, ideológicos y de comportamiento, entre los cuales estaban: los comunistas, socialistas y de la Iglesia católica. En la historia contemporánea, el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, los alemanes y sus colaboradores asesinaron en promedio a seis millones de judíos y de otras naciones, mediante diversos métodos de ejecución: campos de concentración, trabajos forzados, fusilamientos, usos de gases tóxicos en hornos, desmedidas caminatas, hambre, torturas y demás atrocidades, según análisis de especialistas, otros seis millones. Esa enorme cantidad de asesinatos era parte del programa llamado por el régimen sanguinario nazista de la “solución final”, así como sectores de la sociedad contentivos en el método de la “Eutanasia”.
La atrocidad más espectacular del régimen sanguinario de Adolfo Hitler, entre 1933 y 1946, lo constituyó la matanza cruel y monstruosa a los judíos llamada Holocausto. El mismo es catalogado como una enorme mortalidad (se quemaba completamente a la víctima), con la finalidad de exterminar un grupo social por cuestiones de raza, religión o política. Por eso, el holocausto del pueblo judío en manos del ejército y civiles nazis es estimado un episodio histórico terrible e inhumano. Se cataloga esa matanza de seres humanos la primera y la más grande del holocausto en la historia contemporánea de la humanidad. Al estudiar los fundamentos históricos e ideológicos del Holocausto, se ha establecido que el antisemitismo y la persecución de los judíos eran principios estelares de la ideología nazi. Así, en 1920, los nazis publicaron un programa del partido donde anunciaron el hecho de segregar a los judíos de la sociedad aria y abolirles sus derechos políticos, legales y civiles. Para tal fin, el 7 de abril de 1933 aprueban la Ley de Restauración de la Administración Pública, donde se excluía de ella a los funcionarios judíos y se limitó el ingreso de los alumnos semitas a los institutos educativos. A los años, el régimen ultraderechista nazi impidió el ingreso de ellos a la educación.
El Holocausto se basó en la educación sobre el antisemitismo, donde predominaron el odio, discriminación, venganza e intolerancia. De ahí que esa práctica inhumana dio origen al holocausto como arquetipo de un genocidio. El peor y más grande asesino de la era moderna, Adolf Hitler, utilizó a los centros educativos como lugares de propagación antisemita, de discriminación e intolerancia. Al acercarse la conclusión de la Segunda Guerra Mundial, los germanos iniciaron la liberación de los prisioneros de los campos de concentración y otros sitios de reclusión, hasta el 7 de mayo de 1945, al final de esa acción bélica mundial. En 1945, el ejército rojo liberó el campo de concentración Auschwtz-Birkenau, el más cruel, temible y grande de los centros de exterminio nazi. En atención a esa fecha memorable e imborrable, la Asamblea General de las Naciones Unidas, según Resolución 60/7, designa al 27 de enero como el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto. Para destacar semejante acontecimiento expresó: “Recordación del Holocausto: educar para un futuro mejor”.
Este 27 de enero rememoramos el Dia Internacional de las Víctimas del Holocausto y pidámosle al Todopoderoso nos evite sufrir ese terrible acontecimiento practicado por los gobernantes totalitarios, sanguinarios y aferrados al poder a todo costo. Del mismo modo, imploramos a la Divina Providencia para que no aparezca otro Hitler en estos tiempos difíciles por los que atraviesa la humanidad. (Alejo García S.)