Cuatro orejas fue el registro que dejó la primera tarde de toros de la Feria Internacional de San Sebastián 2020, luego de que los diestros ibéricos David Fandila «El Fandi» y Octavio Chacón, este último habiendo indultado, salieran a hombros por la Puerta Grande de la Plaza Monumental de Pueblo Nuevo.
Dos del Fandi
«El Fandi», le cortó un apéndice a cada uno de su lote, encierro propiedad de la ganadería San Antonio. Como era de esperarse, sobresalió en el arte de reiletes.
Atrevido fue el nombre de su primer toro, una res quedada que el español fue llevando con mucha paciencia hasta sacarle faena.
Tandas compuestas por derechazos, naturales, pases en redondo, tomando al animal de sus cuartos traseros, levantó a los tendidos de Pueblo Nuevo. Una estocada a tres cuartos pasaportó a su animal y se ganó la primera oreja de la tarde.
Con su segundo fue más osado. Lopecinas con la capa y banderilleando lo mareó con sus piernas como si de fútbol se tratara.
Tuvo que lidiar con otro burel quedadiso al cual le sacó algo de brillo. Finalmente, cansado el astado buscó las tablas y sobre ellas «El Fandi» tuvo que torearle. Un espadazo para rematar y otra oreja.
Indulto clásico
Chacón fue digno exponente de la torería clásica. Abrevió con la capa a Andino y comenzó desde la barrera con la muleta. Trincherazos, naturales y derechazos formaron parte de su repertorio.
Conectó con los tendidos, a pesar de negarse al tremendismo. Incomoda la res la mató de un espadazo hasta la empuñadura. Escuchó las palmas.
El quinto de orden de lidia, de nombre Granada y con 445 kilos de peso, una res bastante noble y que nunca desistió en embestir.
Desde el capote Chacón pintó lo que iba a pasar. Tandas de largos derechazos que nunca dejaban a la res fuera del sitio. Naturales y de pecho, también remató con el despreció.
Supo como trabajarle los tiempos al toro y transmitir a los tendidos el arte y la pasión, los cuales, enamorados respondieron con la petición de indulto, la cual la presidencia, dirigida por el Dr. Álvaro Moros, aceptó.
Mala suerte con la espada
La gran incógnita, el matador criollo Antonio Suárez, quien tomó la alternativa hace un San Sebastián, no estuvo lejos de lo que representó tal compromiso.
Fiel al estilo clásico, no dudó en propinarle a su lote faenas compuestas por naturales y derechazos, en su mayoría.
Demostró tener temple y posición. Defendió y mantuvo su terreno y dominó a sus animales como quiso. Una manoletina de vez en cuando para salirse de la rutina.
En su segundo estuvo mejor que en el primero, pero lamentablemente la inactividad le pasó factura en la suerte suprema; pinchó en su primero, pero dio vuelta al ruedo, mientras que en su segundo escuchó un aviso y cayó en la obligación de descabellar.
Para mañana se viene un cartel que promete grandes cosas; toros de Rancho Grande y El Prado para dos diestros talentosos en banderillas.
Nuevamente Pueblo Nuevo repite a «El Fandi», aunque ahora con el venezolano Jesús Enrique Colombo, acompañados por el español David Galván. (Favio Hernández)