Tras la situación confusa que se desarrolló durante la mañana y tarde de este lunes en el edificio Colonial, de donde funcionarios de las FAES se llevaron detenido, de su bufete, al abogado Jesús Alberto Berro, a su nuera y a su hijo Jhoan, también abogado, en horas de la noche este último explicó a este rotativo que se trató de una trampa que le tendieron al conocido jurista, para tratar de involucrarlo en una supuesta extorsión.
Dijo Jhoan, quien fue dejado en libertad, que “es una situación injusta y arbitraria la que estamos viviendo. La realidad es que nosotros estamos representando a una pareja, por medio de un poder autenticado en la Notaría Pública II; es decir, somos sus apoderados. Esa pareja fue víctima de una apropiación indebida calificada, por parte de una persona, ahora querellada ante el Tribunal Segundo de Control en lo Penal. Esa denuncia la conoce la Fiscalía Tercera del Ministerio Público y por ese delito se instauró un proceso penal en su contra. Esa persona, se supone que debía ir este lunes a nuestro despacho, como una antesala a un acuerdo reparatorio al que se llegó, para resolver el conflicto, resarcir el daño, en procura de extinguirle la acción penal incoada en su contra y evitar ir a juicio, y efectivamente fue, aunque él quería entablar una reunión con las víctimas directamente; sin embargo, las víctimas manifestaron que se reuniera con nosotros, sus abogados de confianza, para tramitar dichos fines”.
Él fue de manera voluntaria”
—Cuando él se acerca hoy (lunes) a la oficina, de manera voluntaria, dijo que él lo que quería era resolver la situación y mi papá le responde que nosotros, como apoderados legítimos de estas personas (las víctimas), ciertamente esa era la idea, tener un acercamiento que nos lleve a un acuerdo en común. Se le estaba explicando qué era un acuerdo reparatorio, y este señor interrumpe y le pregunta a mi papá que cuánto dinero estaban pidiendo para llegar a ese acuerdo. A lo que mi papá le respondió que ellos no estaban hablando de números, a nivel cuantitativo o dinero específico, porque eso era ´directamente entre usted y nuestros representados, nosotros somos simples mediadores´— añadió Jhoan.
—Cuando mi papá le respondió eso –continuó narrando-, ese señor dijo: “bueno doctor, mire, yo lo que quiero es resolver. Aquí traigo un dinero”. Sacó un sobre amarillo y lo coloca encima de la mesa, donde está el escritorio, al lado derecho, cerca de donde él se encontraba. Inmediatamente, cuando eso ocurre, vemos la presencia del funcionariado policial dentro de nuestro despacho. Y nos dicen que eso era un procedimiento en estado de flagrancia, “ustedes están intervenidos policialmente”, y hacen una fijación fotográfica de la supuesta evidencia, que nadie tocó, solo ese señor.
Sin orden de aprehensión
“Papá los llama a capítulo, les preguntó qué era eso, de qué se trataba, que ese era un despacho de profesionales del Derecho, que por lo tanto ese domicilio era inviolable y, de paso, sin siquiera contar con una orden de aprehensión en nuestra contra. Y nos llevaron detenidos. Es decir, nos violentaron y conculcaron todos los derechos fundamentales, por una supuesta extorsión que no existió, pero que, presumimos, es lo que quieren manejar aquí”.
A medianoche de este lunes, Jhoan y su familia no tenían certeza de qué delito estarían señalando a Berro; pero estaban conscientes que no existía ningún elemento en su contra.(MB)