En nuestro país, en educación, la historia se repite. Pregunta pertinente: ¿Qué está pasando con los que desde “arriba” dirigen las políticas educacionales en nuestra Patria? ¿Cómo se explica que algunos estudiantes que cursan educación media general, es decir, el llamado bachillerato, tengan que servir de mofa de su compañeros porque tendrán, según comentan, hasta cuatro oportunidades para poder “pasar” las asignaturas que reprobaron? ¿Cómo se explica que al final del año escolar hay estudiantes hasta con 8 materias aplazadas? Esto no ayuda a mejorar el conocimiento por los centros educativos.
Algo está pasando. Tal vez los padres de estos jóvenes no han tenido el suficiente tiempo para dedicárselo a su hijo o hija. Quien esto escribe les ha preguntado a algunos alumnos ¿Cuántas materias te quedaron? Y la respuesta es rápida, sin mucho titubeo: “siete”. Y le repregunto: ¿y tu madre sabe sobre eso? La joven, sonriente, responde: “Sí pero ella está trabajando” Le hago otra pregunta: ¿Y tu papá, qué dice? La estudiante sin inmutarse responde: “Yo no vivo con mi papá”. Ahora, esto se repite con muchos estudiantes. Es decir, niños, niñas y adolescentes que se crían solo con su madre. Viven con su abuela. Obviamente que muchas abuelitas no están pendiente de sus nietos. No saben lo que éstos hacen dentro y fuera de la institución educativa. Casos existen a granel.
Volviendo al tema de las “oportunidades” que las autoridades les dan a los estudiantes que durante el año escolar no desarrollaron o no alcanzaron la competencia para ser promovidos, al parecer existe una Resolución o Circular la 006696-12, según la cual establece que, entre otras exigencias, el estudiante que haya reprobado una o más asignaturas tiene derecho a presentarlas; y si le quedan algunas debe ir a lo que el Ministerio del Poder Popular para la Educación denomina la “Batalla educativa”, la cual se inicia durante el mes de septiembre (15 días), recibiendo clases sobre las asignaturas reprobadas o pendientes. Las preguntas de rigor: ¿Estas estrategias hacen más inteligente al estudiante? ¿Por el contrario, no lo desanima al ver que la mayoría de sus compañeros alcanzaron las competencias durante los tres lapsos del año escolar? ¿Por qué los padres de estos chamos se aparecen en el mes de julio en la institución donde su hijo o hija cursa estudios? ¿Estos estudiantes con 6, 7, hasta 9 asignaturas aplazadas es culpa del docente? ¿O del sistema educacional que no apuntamos hacia el problema? Insisto: ¿Por qué no copiarnos el sistema educativo finlandés? Se entiende por analfabetismo funcional “…aquella persona que sabiendo leer, no es capaz de comprender lo que lee”.
Para nadie es un secreto que muchos estudiantes en este nivel de educación media general presentan problemas de redacción, desconocen la historia patria, tienen debilidades en operaciones elementales en matemática, física, química entre otras. He sido testigo presencial sobre el descuido de muchos de estos estudiantes que presentan dificultad en las instituciones de formación educativa. Algunos se jubilan. Cuando asisten a clase van sin cuaderno. Son indisciplinados. Se les orienta pero prefieren oír a sus “compinches”. El etcétera se pierde de vista. Esta situación ha ocurrido desde hace algunos quinquenios recientes. En virtud de la crisis que padecemos hoy, muchos de nuestros estudiantes tienen mayor posibilidad de convertirse en analfabetas funcionales. Duele decirlo, pero es una desagradable realidad que aún se mantiene. Se abre el debate.
@monsalvel
Alfredo Monsalve López