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Manuel Benítez “El Cordobés”, entre los grandes que torearon en el pasado
7 de marzo de 2020
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Homero Duarte Corona
Por la desaparecida Plaza Venezuela desfilaron las grandes figuras de la torería mundial, de la década del sesenta, de España y América, amén de ganaderías de renombre internacional.
Las ferias y fiestas de San Cristóbal se remontan a hace muchos años; sin embargo, es a partir de 1962 cuando se inaugura la Plaza de Toros La Coromoto, en la antigua Plaza Venezuela de La Concordia, construida por Carlos Jáuregui; Juan Francisco “Negro y Blanco” Gómez, fungió como empresario, y el debut de las principales figuras del toreo de entonces, entre los más sobresalientes, el inmortal Manuel Benítez “El Cordobés”.
José Alvarado “El Málaga”, un novillero ya retirado, cuenta la historia, todo lo que se vivió para la época, cuando la afición del Táchira, el país y allende las fronteras pudo ver y aplaudir a las mejores figuras de entonces de la torería universal.
Con una mente prodigiosa, pese a estar cercano a los 75 años, “El Málaga” confesó al periodista de lo bello y lo sublime de la fiesta del toro, de quienes hacían el paseíllo en la plaza de madera de la antigua Plaza Venezuela, diestros de cartel que enfrentaban toros de las principales ganaderías de España, México, Colombia y Ecuador.
Los diestros Paco Camino, español, Joselillo de Colombia y el venezolano Sérvulo Azuaje inauguraron la plaza concordiana, el 10 de febrero de 1962, enfrentando a bravos toros de casta de Santa Mónica, del hierro de Luis Alcasube.
Al día siguiente, segunda corrida de feria, con otro lleno hasta la bandera, se presentaron los matadores Joselillo de Colombia, Manolo Zúñiga, también neogranadino y el venezolano Sérvulo Azuaje, quien fue el triunfador de la tarde con el corte de tres orejas.
Se emociona el ya retirado novillero “El Málaga”, hace 35 años, por su mente se cruzan uno y mil recuerdos, para continuar su historia, una especie de radiografía de todo lo vivido para ese momento en el marco de las ferias y fiestas de San Cristóbal.
El sábado 2 de febrero de 1963, la asegunda edición del ferial sancristobalense, la presentación en el coso “coromotano” de La Concordia de los diestros Diamante Negro (venezolano), Pepe Cáceres (colombiano) y Andrés Vásquez (español), quienes se miden a bravos y nobles toros ecuatorianos de San Mónica; Cáceres fue el triunfador de la tarde con el corte de dos orejas y un rabo a uno de sus toros del encierro que le tocó en suerte.
Una epidemia de fiebre aftosa trajo consigo que fuera suspendida la edición de 1964 de la feria sancristobalense.
Para los años 1965 y 1966, los hermanos Hernando y José Zúñiga, colombianos, se encargaron de organizar los festejos taurinos de la feria capitalina, contratando a la dinastía de los Girón: César, Curro y Efraín, nacidos en el estado Aragua, quienes actuaron con Joselito Torres, Alfredo Sánchez y Ramón Montero “Maravilla”.
Debut de “El Cordobés”
Manuel Benítez “El Cordobés”, uno de los toreros de mayor renombre que ha tenido la torería universal, gracias a su carisma, pero por encima de todo, un diestro distinto, merced de la empatía con el público por lo que hacía frente a los toros, debutó en San Cristóbal el 23 de enero de 1965, alternando con Joselillo de Colombia y Efraín Girón (venezolano), lidiando reses de Campo Alegre, de Michoacán, estado de Jalisco, México.
Entre los tantos diestros de renombre de la época que estuvieron en la Feria de San Cristóbal, para la década de los 60, sobresalen: Antonio Ordóñez, Manuel Cano “El Pireo”, Fermín Murillo, Jaime Ostos, Paco Camino, José María Mantilla, Manuel Fernández “El Caracol” y Miguel Mateo “Miguelín”.
Recuerda “El Málaga” la única alternativa que hubo en la Plaza Venezuela, la del novillero mexicano Jesús Sánchez “El Azteca”, fuera del calendario de la feria, el 19 de marzo de 1966, con toros de Campo Alegre, de Michoacán, México, con el padrinazgo de Juan Silveti “El León de Juanajuato” y testigo Sérvulo Azuaje (venezolano).
No puede olvidar el nombre del doctor Eduardo Vengoechea, quien fue el primer presidente de la Comisión Taurina de San Cristóbal, quien a la vez era el presidente de la Plaza de Toros La Santa María, de Bogotá.
Hugo Domingo Molina fue el primer empresario taurino cuando se fundó la Feria Internacional de San Sebastián y principal mentor en la construcción de la Plaza Monumental de Toros de Pueblo Nuevo.
El jueves 18 de enero de 1967 se inaugura la plaza de Pueblo Nuevo, con la celebración de la primera corrida de toros y la lidia de reses colombianas de Las Mercedes, para los diestros españoles Antonio Chenel “Antoñete” y Paco Camino “El Niño de Camas” y el venezolano Curro Girón.
En la segunda de feria actuaron los matadores de toros Antonio Chanel “Antoñete”, Sebastián “Palomo” Linares (español) y Efraín Girón (venezolano), midiéndose a bravos astados de la Vista Hermosa, hierro colombiano.
Desde entonces, más de medio siglo, la Feria Internacional de San Sebastián se puso a la par con los grandes del mundo, desfilando por la Monumental Plaza de Pueblo Nuevo los mejores toreros del universo en los últimos 50 años.
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