BUENOS AIRES (AFP) – El submarino militar argentino ARA San Juan ha sufrido una avería, probablemente a causa de una explosión a bordo, antes de desaparecer en el mar con sus 44 tripulantes, el miércoles 15 de noviembre a las 10h30 GMT. Esto es lo que se sabe del sumergible:
Explosión
Después de agonizar durante días sobre la capacidad de la nave de renovar el aire en su interior, la tesis de la explosión es ahora la única pista retenida, aunque no se pudo determinar aún cuál sería la localización del sumergible. «Las Estaciones Hidroacústicas HA10 (de la isla de Ascensión) y HA04 (islas de Crozet) detectan esa señal (explosiva) el 15 de noviembre a las 13h51 GMT, cerca de la última posición conocida», según una declaración de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (Otpcen).
La explosión explica la ausencia de activación de la baliza de emergencia y la ruptura completa de las comunicaciones con el sumergible.
¿Una avería causa la explosión?
El comandante del submarino, capitán de fragata Pedro Martín Fernández, informó a su base de un colapso, una falla en baterías. En una comunicación posterior, indicó que se dirigía a la base en Mar del Plata, donde esperaba llegar los días 19 ó 20 a pesar del daño. Un submarino de este tipo generalmente está equipado con cuatro baterías de 50 toneladas cada una. Contienen plomo y ácido sulfúrico.
«Se debe tener mucho cuidado con las baterías. En caso de problemas, las baterías emiten hidrógeno, más allá de un cierto porcentaje de oxígeno se convierte en hidrógeno explosivo. En caso de una explosión, todo está perdido en un submarino «, según un exsubmarinista sudamericano que solicitó mantener el anonimato.
La búsqueda
Buques y aviones patrullaban una zona de búsqueda de unos 500.000 km2 para detectar al submarino. Ahora se concentran en un área alrededor del punto de la explosión que observó Optcen, con sede en Viena que vigila explosiones nucleares en todo el mundo. En este caso no hubo ningún indicio de que el fenómeno tuviese naturaleza atómica.
En la zona de la desaparición, la profundidad de las aguas oceánicas varía entre 200 y 350 metros y los barcos de pesca son numerosos.
Un total de 14 barcos, 12 aviones y 4.000 personas participan del operativo de búsqueda, en el que participan Alemania, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, España, Estados Unidos, Francia, Noruega, Perú, Reino Unido y Uruguay.
«Si tienes una posición, se puede encontrarla. Si la explosión envió al San Juan al fondo, pueden localizarlo y alcanzarlo, depende de la profundidad», agregó el submarinista.
La esposa de un marinero, tal vez en estado de shock, mencionó una profundidad de 3.000 metros, que no corresponde a la profundidad de la posición comunicada desde Viena. Si cayó a una profundidad de 3.000 metros, será difícil llegar al submarino.
Hecho en Alemania
El buque, construido por la fábrica alemana Thyssen Krupp, fue botado en 1983. Entró en servicio en 1985 en la Armada Argentina. Con 66 metros de largo (eslora), está equipado con torpedos y fue relanzado en junio de 2014 desde el astillero Tandanor en Buenos Aires, luego de ocho años de importantes operaciones de mantenimiento.
Para la Armada Argentina, estaba «en pleno funcionamiento». Se utilizó principalmente para ejercicios y misiones de vigilancia para hacer cumplir regulaciones argentinas de pesca en el Atlántico Sur, donde muchos buques extranjeros se aventuran ilegalmente. Argentina tiene otros dos submarinos: el San Luis, en reparación, y el Salta, amarrado en la base de Mar del Plata.
Un dispositivo de socorro
Dos barcos salieron del puerto patagónico de Comodoro Rivadavia con personal militar de Estados Unidos. Están equipados para salvar vidas: son pequeños submarinos y cápsulas a control remoto que podrían devolver a la superficie a los 44 marineros o sus restos. Rusia envió el jueves al Yantar, que había estado hasta ahora en la costa occidental de África. Es un barco oceanográfico con equipos para «investigar a una profundidad de hasta 6.000 metros», con el aporte de dos submarinos en miniatura.
Compilación: María Teresa Amaya/coordinadora de noticias internacionales/ Diario La Nación