El arbitraje del fútbol rentado venezolano pierde a uno de sus buenos exponentes. Rafael Antonio Guarín, tachirense de pura cepa, nacido en San Cristóbal, silenció su pito para siempre, ya no impartirá más justicia en los estadios donde se juegue balompié rentado.
Aún no había cumplido 40 años, el pasado 17 de agosto arribó a 39, un buen hombre que aún tenía un mundo por delante en su profesión. Lamentablemente una penosa enfermedad fue minando su existencia hasta que el pasado lunes se fue al más allá.
Dentro y fuera del campo de juego era un profesional a carta cabal, cuentan sus colegas de profesión y amigos, donde gozaba de mucho aprecio y estima por su don de gente, un ciudadano de gran carisma y personalidad.
En su labor profesional como árbitro, dirigió en la Tercera, Segunda y Primera División del fútbol rentado criollo, además de torneos de corte regional, estadal, zonal y nacional, caracterizándose siempre por su seriedad y apegado a las normas cada vez que tomaba una decisión.
Se inició en la Asociación Tachirense de Fútbol como árbitro principal en el 2010, para de allí irse hasta el estado Barinas, donde pasó a formar parte del ente rector del balompié de esa región de los llanos venezolanos, y allí hacer realidad uno de sus grandes sueños, convertirse en profesional el arbitraje.
Su última actuación en un terreno de juego, el pasado 26 de octubre de 2019, en el estadio CTE Cachamay de Puerto Ordaz, fungió de juez principal en el partido SC Lala FC y el Caracas FC, con triunfo para el rojo del Ávila por la mínima diferencia; una despedida bastante exigente luego de concluido el compromiso, al extremo que hubo dos expulsiones y nueve amonestaciones, un choque de mucho roce.
No le pudo ganar la batalla al cáncer, luchó hasta el último segundo de su existencia, pero queda en la mente y el corazón de quienes le conocieron, su don de gente, un caballero en toda la extensión de la palabra, amén de un profesional a la hora de impartir justicia en cada uno de los tantos compromisos que dirigió en el terreno de los acontecimientos.
Una palabra de aliento y solidaridad para toda su familia, que el Creador lo haya recibió en su seno, que desde el Cielo siga impartiendo justicia, la que siempre puso de manifiesto en los campos de fútbol cuando fungía o bien de juez principal o de árbitro auxiliar. Paz a su alma. (Homero Duarte Corona)