Regional
La cuarentena clausuró la vida nocturna y religiosa en Barrio Obrero
19 de marzo de 2020
Aunque ya la vida nocturna en San Cristóbal ha pasado por las duras pruebas de las guarimbas, los apagones y la crisis económica, la cuarentena le ha impuesto un cierre «oficial», y ya a las cinco de la tarde, si no es un poco antes, sectores tan animados a altas horas de la noche como Barrio Obrero, se convierten en un desierto.
Un desierto que igualmente ha tocado la vida religiosa de dos de los templos más emblemáticos de la ciudad la Iglesia El Ángel y la Iglesia Coromoto. Allí los oficios religiosos se celebraron sin realizarse su acontecimiento central: la Sagrada Eucaristía.
Pero así como el espacio idóneo para el reencuentro con el Creador, resultó alterado; el reservado para el entretenimiento, para retirarse por unas horas de la realidad, el cine, suspendió sus funciones.
Algunos restaurantes estaban laborando; pero para servir comida para llevar, sin ofrecer atención en mesas. Las discotecas permanecían cerradas, así como muchas licorerías, aunque otras vendían a puerta cerrada, evitando que clientes se concentrasen en sus afueras.
Las oficinas de telefónicas como Cantv, Movistar y Digitel recibían reclamos vía telefónica, y las farmacias obligaban a sus clientes el uso del tapabocas para ser despachados.
Freddy Omar Durán