Segaron la vida de venezolano en Ecuador
25 de noviembre de 2024
Aunque el ritual y la afluencia de feligreses haya cambiado, la fe católica de los tachirenses en presencia o en corazón, se agolpó en las iglesias este domingo, a una semana del régimen de cuarentena
(José L. Guerrero/Freddy O. Durán)
Al mediodía el silencio del resguardo en casa apoderado del gran parte del territorio, fue roto por las campanadas de los templos, a las cuales muchos respondieron con el Padre Nuestro.
Donde se celebraron las misas, los asistentes cargaban el respectivo tapaboca e intentaban ocupar los lugares en sus asientos, a cierta distancia unos de otros, mientras que se acostumbraban a transformar sus hábitos religiosos, al recibir en sus manos la sagrada eucaristía y remplazar el abrazo de la paz entre hermanos con una venia.
Los fieles que acudieron este domingo a mediodía a los templos de La Ermita y Paramillo, así como a todas las iglesias del estado Táchira a presenciar la bendición del Santísimo Sacramento a las puertas de las iglesias católicas, para pedir por la salud de todas las personas enfermas y porque se logre controlar la pandemia de coronavirus que amenaza a todos los habitantes del planeta, vivieron momentos de mucha emoción.
Como lo propuso el obispo de la diócesis de San Cristóbal, Mario del Valle Moronta, la bendición del Santísimo Sacramento se cumplió a las 12 del mediodía de este domingo y la petición fue común: la salud de todas las personas del mundo.
En La Ermita, el padre Nepo Hernández, junto a otros tres sacerdotes, antes de culminar la misa que celebró a puertas abiertas, cumpliendo con el protocolo de seguridad sanitaria, pidió a los pocos fieles presentes que lo acompañaran a las puertas del templo. Seguidamente desfiló por la nave central con el Santísimo levantado entre sus brazos.
A las puertas de la iglesia, en medio de creyentes, niños, jóvenes, adultos y adultos mayores, bendijo a toda la comunidad por los cuatro puntos cardinales. Hubo cánticos propios de la iglesia y las campanas no dejaron de sonar.
Otras personas se persignaban al pasar en su vehículo, y a lo lejos, los vendedores ambulantes observaban el acto religioso.
Varios de los presentes lloraron de emoción. La mayoría se arrodilló a los pies de Santísimo y acompañó al sacerdote con sus oraciones y cantos. Fueron momentos muy emotivos para pedir al Creador para que cese la pandemia que hoy mantiene enfermos a miles de personas y ha causado más de 13 mil muertos en el mundo.
“Hay que pedirle mucho a Dios y a la Virgen de la Consolación para que cese esta pandemia. Todos debemos orar, rezar el santo rosario, tener mucha fe de que esto pasará muy pronto”, expresó la señora Martha Zambrano, quien no pudo contener el llanto al estar preocupada por los acontecimientos nacionales e internacionales.
Presencia de Dios en otros templos
En Palo Gordo, sector Altos de Paramillo, en la iglesia Jesús de Nazaret, municipio Cárdenas el sacerdote cumplió con el ritual religioso y pidió por la paz de todo el mundo y por la salud de toda la humanidad.
Situación similar se vivió a las afueras de las iglesias Divino Redentor de la Unidad Vecinal, Nuestra Señora de Coromoto, San Agatón en Palmira, municipio Guásimos; basílica menor de San Antonio de Padua en San Antonio del Táchira, donde nuevamente hubo muestras de creer en Dios.
Los sacerdotes reiteraron a todos los presentes la necesidad de cumplir con todos los proto colos de seguridad recomendados lavarse las manos con agua y jabón, el uso del tapaboca, aseo personal y general de los hogares, cumplir con todas las recomendaciones de las autoridades en el marco de la cuarentena social.
En la iglesia de El Santuario, no era necesario que las puertas del templo abrieran para convocar a los creyentes, pues muchos de ellos se postraron de rodillas en el atrio y las escalinatas. implorando perdón y bendición divinos.
También, obedeciendo las indicaciones de Monseñor Moronta, los sacerdotes salieron con su respectivo tapaboca, por los alrededores a consagrar sus comunidades a Dios, en compañía de sus acólitos.
Aunque para el Táchira la Cuaresma se ha convertido en un período de pruebas para el pueblo católico, esta en especial, ha terminado siendo una Semana Santa extendida, y es así como por ejemplo se han adelantado en algunas partes, y en los horarios permisados, la representación de La Pasión de Cristo.
En San José de Bolívar por ejemplo llevaron a cabo la dramatización del Viacrucis por la Paz del Planeta.
En ella participaron niños quienes unieron corazones no solo por la sanidad de su población y la del país, sino por todos los que sufren o viven momentos angustiosos a causa del convi-19.
Los medios electrónicos también permitieron otras formas de religiosidad. A través de las redes sociales y grupos de Whatsapp, se distribuyeron cadenas de oración, mensajes de los altos jerarcas religiosos.
En una de ellas se escucha la bendición Urbi et Orbi en español de la Santa Sede, como igual ha venido haciendo desde el primer día de la emergencia Monseñor Mario Moronta.
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