Opinión
PASIÓN POR EL TÁCHIRA…escribe que algo queda (Kotepa Delgado)
26 de noviembre de 2017
Hoy quiero tomar prestado el título de una de las columnas semanales que Kotepa Delgado, periodista y político venezolano, larense, escribió desde 1973 en el Nacional: “Escribe que algo queda”…y esto lo hago porque de verdad quiero pensar que cada vez que escribo mi columna “Pasión por el Táchira…” algo quede en cada uno de los que me leen, y la única manera es dejar constancia de esos pensamientos, ideas y propuestas, por escrito.
Acabo de terminar un libro maravilloso: “Un largo sábado” que refleja las conversaciones entre la periodista, biógrafa, editora y autora de numerosos libro y ensayos, Laure Adler, quién fue en su momento consejera cultural durante el gobierno de Francois Mediterrand, y George Steiner, profesor, crítico y teórico de la literatura y de la cultura. Políglota, mordaz y caústico, a quién admiro por su inteligencia y compromiso intelectual pero sobre todo por su convicción de que una sociedad humana todavía es posible.
Coincido con el no solo en eso, sino en una premisa en mi forma de vida, la necesidad de dialogar. Y para dialogar hay que pensar y para pensar hay que utilizar el lenguaje. Pensamiento, lenguaje, diálogo. Steiner expresa que “debe haber cierta relación entre la palabra y la vida, y que eso puede ser muy complicado, porque la sinceridad es sumamente difícil, exige un esfuerzo constante de autocrítica. Pero decir lo contrario de lo que uno vive siempre le ha parecido demasiado fácil”. “Amar el conocimiento, el pensamiento y las artes es un destino”. Creo que lo contenido en esta última oración, es algo que todos compartimos, de una u otra manera. También creo que es tiempo de negarnos a que nuestra ciudad, nuestra oralidad, nuestra escritura desaparezca.
La ciudad tiene su propio lenguaje. Así como cada lengua abre un canal de comunicación con mundos nuevos, cada sector de la ciudad debe aprender a desarrollar su lenguaje y comunicarse con los otros sectores, debemos aprender a decir las cosas, debemos aprender a escuchar nuestra ciudad.
La oralidad como la música es colectiva, y es anterior a la lectura. La lectura requiere ciertas condiciones especiales de espacio y silencio…y aún cuando haya más o menos lectores…lo difícil es desarrollar la capacidad de escribir. Quiere decir que construiremos una nueva frase: pensamiento, lenguaje, diálogo, lectura, escritura.
Si creemos en la posibilidad de construir una ciudad democrática y participativa, estamos en la obligación de generar espacios para pensar, discutir, dialogar, leer….y escribir…porque al escribir algo queda!!
Para ello es imprescindible que la comunidad participe organizadamente. El caos de nuestra ciudad no lo resuelve ni la gobernación, ni la alcaldía, ni los gremios, ni las instituciones, sino se incluye a la comunidad. Todos estamos obligados a organizarnos y participar. Y para aterrizar quiero dejar por escrito mi experiencia de ayer, en las colas de la gasolina, que por supuesto no las va a resolver PDVSA, ni los dueños de bomba, ni la policia, ni la guardia, sino la comunidad organizada.
En la bomba Pirineos, sobre la Avenida 19 de Abril, se ha venido desarrollando una complicidad entre conductores, estaciones de gasolina, bomberos, policías y guardias nacionales. Se reparten los sobornos y crece la anarquía. Luego de observar reiteradamente este proceso cada vez que me toca echar gasolina, para lo cual, hago cola y no soborno a nadie, teniendo que tolerar horas y horas de espera, y discusiones estériles, decidí con varios conductores organizar el desorden. Buscamos tiza, y marcamos con números por orden de llegada sobre los parabrisas. Hubo pequeños intentos de saboteo, pero la gran mayoría estuvo de acuerdo y colaboró. Eso significó reglas claras, no se le guardaba puesto a nadie. Hubo dos excepciones y por consenso se aprobaron. La cola fluyó, 120 carros esperaron hora y media en surtirse, contra el tiempo promedio de días anteriores de 4 y 5 horas. La gente estaba contenta, repartieron hasta bendiciones. A pesar de todo se colearon como10 carros, se encararon, se hablo con el policía estadal, se le explicó que estábamos desde temprano, desde el inicio y se le convidó a que participara en el orden y el respeto que su cargo merece. Y lo hizo!!
Hemos permitido hacer, hemos dejado que la indolencia, la indiferencia, nos gane la mano. Esto requiere tiempo, esfuerzo, pensamiento, lenguaje y diálogo…(Julieta Cantos)