Una ciudad colmada de calima, la mayoría de sus calles y avenidas desoladas, donde las pocas personas que se vieron transitando llevaban su tapaboca y algunos de ellos, guantes.
Fue esto lo que predominó este lunes por la mañana en San Cristóbal, la capital tachirense a 15 días cumplidos de la cuarentena preventiva decretada por el gobierno.
Matices
Fue un ambiente variado. Tras un recorrido por la parte alta de la ciudad, se constató que en algunas zonas como la avenida principal de Pueblo Nuevo, la calle principal de Santa Teresa y la zona industrial de Paramillo son las más concurridas, lo que contrasta con la avenida Ferrerro Tamayo, Los Agustinos y la avenida España -incluyendo el complejo ferial-; donde la desolación y el letargo de los pocos transeúntes lo asemejan a un día festivo.
El mermado tránsito vehicular también fue otro factor resaltante de este 30 de marzo. Las estaciones de servicio cerradas y totalmente desoladas, al menos en dicha parte de San Cristóbal, situación que pasó a ser parte de la rutina desde el decreto del confinamiento.
El rebusque se mantiene
El comercio informal también forma parte del panorama aún en los sectores más desolados, desde productos colombianos hasta nacionales: harina, huevos, pan, verduras, artículos de uso personal, entre otros. Mientras tanto, los supermercados lucían medianamente concurridos, pues las colas oscilaban entre 10 y 15 personas por caja, como un día regular y no en el exterior de los establecimientos como en días anteriores.
Autoridades activas
Los cuerpos de seguridad como Cicpc, Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y Politáchira se vieron ubicados en puntos estratégicos como en la entrada de los Pabellones, frente al Centro Comercial Hiperbaratta, diagonal a la sede de la Policía Nacional y cerca de la conocida Gran Avenida. Allí fungen unas alcabalas móviles de resguardo público y supervisión de las personas para que usen los implementos de seguridad sanitaria como los cubreboca.
En cuanto a las unidades de transporte que lograron divisarse no se encontraban de servicio, por lo que la gente debe trasladarse a pie o en vehículo propio, en una ciudad donde la gasolina es un servicio extremadamente preciado y escaso, ya que actualmente el despacho del mismo está autorizado solo para sectores prioritarios, dada la contingencia, donde el individuo común no tiene acceso.
Desechos a la orden del día
Otro aspecto no tan positivo, es la presencia de basura en plenas vías públicas de la ciudad de la cordialidad, que pese a los esfuerzos de la alcaldía por recoger los desechos, no es suficiente. A lo que se le suma la inconsciencia de algunos que prefieren arrojar la basura donde les estorbe a otros, sin darse cuenta de que con ello genera un daño ambiental para todos en general. Casualmente, durante el recorrido se observó un camión del aseo urbano en Pueblo Nuevo, haciendo lo propio, recogiendo los desechos de los habitantes de ese sector.
San Cristóbal se percibe como una zona desolada y semiactiva, en la que convergen los ciudadanos en busca de provisiones, según sus posibilidades y prioridades. Pero también, coinciden esos ciudadanos de a pie que producen las ganancias del día y que no pueden parar de trabajar porque no cuentan con otra entrada de dinero que les permita llevar el sustento de sus hogares.
Finalmente, pasada la mañana, el sol se hizo más tenue y la ciudad quedó aún más desolada. Quienes se atreven a salir temprano, buscan resguardo en cuanto terminan sus faenas.
Así transcurrió el día número 15 de esta larga cuarentena en la capital tachirense, en medio de la angustia ante la amenaza del coronavirus. (Rosecny Zambrano)