Regional
28 ancianos de la casa hogar San José requieren alimentos y productos de higiene
31 de marzo de 2020
“Los ancianos están bien, hacemos lo que está a nuestro alcance para cuidarlos a todos”, dijo a [lagrita7diario] la hermana carmelita Dora Álvarez, directora de la casa hogar San José de La Grita al ser consultada sobre la situación de esa comunidad geriátrica en medio de la cuarentena social por la pandemia del Covid-19, que a nivel mundial ha afectado principalmente a los adultos mayores.
“En este momento no tenemos casos graves de enfermedad ni se han presentado emergencias que hayan ameritado la intervención médica. Los estamos cuidando con lo poco que tenemos, estirando al máximo los recursos”, informó la encargada.
En la actualidad y como medida de prevención, están restringidas las visitas a este refugio de abuelos. “A las personas que habitualmente nos traen alguna colaboración les estamos pidiendo que la dejen en el portón de la entrada”, precisó.
La hermana Álvarez indicó que cuando se decretó la alarma sanitaria y entró en vigencia la cuarentena, la institución debió confeccionar con recursos propios los tapabocas para las 17 mujeres y 11 varones que aquí viven. “Luego, hemos recibido donaciones de mascarillas de elaboración casera que nos han servido de mucho en estas circunstancias”.
En algunos casos es difícil que las abuelas mantengan puesta las mascarillas. (Foto: LG7D)
La religiosa señaló asimismo que están usando y lavando tapaboca de tela, pues no disponen de suficientes máscaras desechables. “Sabemos que no es lo correcto, pero no tenemos otra opción. Aquí el uso de este implemento reviste características especiales, por la condición física de los internos. Y como no podemos reponer diariamente los que se rompen o usamos, recurrimos a los de tela, que lavamos con jabón todos los días”, explicó.
A la fecha, ninguna institución política o sanitaria del municipio ha dotado de mascarillas clínicas a este ancianato.
Pocas colaboraciones
La Directora de la casa hogar San José se queja de la poca donación de alimentos que está llegando por estos días. “De nuestra alacena han desparecido las sardinas, los huevos, las paticas de pollo y las alitas. Sin embargo, nuestros ancianos son muy agradecidos; si lo que tenemos es papa, se la comen en todas las presentaciones que podemos darle: en caldo o al vapor, sin más aliño que sal al gusto”.
Dora Álvarez reconoce que los ferieros del municipio son grandes aliados de la institución, “nunca nos desamparan, siempre nos hacen llegar verduras y hortalizas, pero en estos días la situación es difícil para todos”.
Ahora mismo en la cocina de este ancianato –regentado por cuatro monjas carmelitas- “hacen magia” para preparar las tres comidas diarias. Otro tanto ocurre para mantener las mínimas normas de higiene en baños, dormitorios y espacios comunes. “Nos está haciendo mucha falta papel sanitario, detergente y cloro”.
Pese a todo, la hermana Dora es firme en su fe. “En tiempos como éstos debemos tener fe y cuidarnos con lo que tengamos. Que no nos falte sobre todo la oración”, dice. (Ligia Parra Pérez/José Montes)
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