El deporte tachirense “hace rato que está en cuarentena “; el mal estado de buena parte de las instalaciones deportivas a lo largo y ancho de la geografía regional, trae consigo que los atletas no tengan donde dar rienda suelta a su labor de entrenamientos de una y otra disciplina.
Ante esta situación, la cuarentena del coronavirus en Venezuela y el mundo, no es “algo nuevo” para un buen universo de atletas tachirenses, pues lamentablemente y pese a que San Cristóbal cuenta con excelentes instalaciones deportivas, construidas en el 2005 por el gobierno del entonces presidente Hugo Chávez Frías, por la celebración de los Juegos Nacionales Andes 2005, quince años después no están aptas para la práctica del deporte.
En su momento , de cara a la celebración de la magna justa nacional del músculo entre el 7 y 21 de diciembre de 2005, los escenarios, construidos unos y refaccionados otros, San Cristóbal pasó a ser una de las capitales de estados del país con mejores instalaciones deportivas en la patria de Bolívar.
Entre los escenarios más emblemáticos, el estadio Pueblo Nuevo, refaccionado para la Copa América 2007, celebrada del 26 de junio al 15 de julio, que en principio tenía capacidad para un poco más de 24 mil aficionados, pasó a tener un aforo de 42 mil y tantas almas.
El “Templo del Fútbol”, como fue bautizado el estadio “Pueblo Nuevo”, tiene muchos problemas en su estructura, que arrastra hace tiempo, una de ellas, el techo de la tribuna principal, que producto de los coletazos de un huracán hace casi una década, la lona de la mitad de la tribuna fue destrozada.
La profesora Juana Suárez, presidenta del Instituto del Deporte Tachirense, primero, y luego presidenta del Deportivo Táchira para ese momento, declaró a través de los medios de comunicación, hablados, escritos y televisivos, que, “esa lona de la tribuna, más temprano que tarde sería recuperada”, lamentablemente nunca se colocó, el problema se mantiene intacto.
Los aficionados que asisten a los partidos del Deportivo Táchira cada domingo, son los que sufren los rigores de este problema de la tribuna principal, sobre todo en tiempo de lluvia; porque aparte de pagar un precio más alto para el ingreso al escenario deportivo, terminan “empapados” por el agua caída del cielo.
Además de este problema, se suman las cabinas de transmisión, con demasiadas goteras cuando llueve, el gramado del campo de juego no es el mejor y en fin uno y otros problemas, que es una lástima conociendo que el estadio Pueblo Nuevo es considerado como uno de los mejores del país.
El estadio Metropolitano de Béisbol, contiguo a la Unidad Educativa de Talento Deportivo, considerado uno de los más bellos del país, hace tiempo que está inoperante. Son pocos los torneos y partidos que se han programado en este diamante de la pelota caliente, pues reglamentariamente tiene algunos detalles que no están acordes con un gran evento de corte profesional.
También tienen problemas en su estructura, unos más otros menos, específicamente el gimnasio Campeones del Mundo del 97, escenario que fue hecho para el desarrollo de torneos de alta competencia como fútbol sala, baloncesto y voleibol; y el gimnasio de balonmano, vecino a la Universidad Bolivariana, ex sede de las fenecida Corporación de Fundasuroeste.
Con la objetividad y seriedad conque que se ha caracterizado Diario la Nación, la crítica o denuncia que se haga no es con el ánimo de crear zozobra, sino la verdad verdadera.
El gimnasio de gimnasia ubicado en la avenida Pueblo Nuevo, cercano al Polígono de Tiro “Luís Serizawua”, es de los pocos que aparentemente se encuentra bien, aunque son los expertos en este tema los que pueden dar un veredicto.
Otra de las grandes obras del deporte tachirense y nacional, el Velódromo “J.J. Mora” de Pueblo Nuevo, construido para los Mundiales de Ciclismo de 1977, tiene muchos problemas hace años, desde su estructura, como la pista, que no ha sido óbice para que hagan vida el futuro del ciclismo de pista y ruta y varias escuelas de patinaje.
El complejo de piscinas del Parque Metropolitano a la deriva
Hace tiempo que estas instalaciones deportivas, en su momento entre las mejores del país se encuentran fuera de servicio. Lamentablemente la falta de mantenimiento y el no existir recursos para tal fin, fueron cerradas sus puertas, dejando huérfanos a decenas de nadadores a nivel de todas las categorías para cumplir con sus entrenamientos y por ende el desarrollo de eventos de cualquier tipo, regional, nacional e internacional.
Es una pena en verdad lo que está pasando con las piscinas del Parque Metropolitano, pero lo más grave, se coarta el derecho de mostrar la realidad de lo que allí sucede cuando se ha exigido realizar un trabajo periodístico.
Complejo Deportivo Juan Maldonado, un vetusto escenario
La otrora instalación, en su momento, orgullo de los sancristobalenses, es una quimera; la piscina, donde se han formado nadadores que a la postre fueron grandes estrellas en el contexto estadal, nacional e internacional, lleva años fuera de servicio. Sin embargo Diario la Nación, de buena fuente pudo conocer que un grupo de representantes con la profesora Rosario Saavedra de Maldonado a la cabeza, tomaron en comodato la pileta y la están refaccionado para hacerla útil de nuevo.
La cancha de tenis, cuenta con una escuela de aprendizaje del deporte blanco, adolece de raquetas, mallas y pelotas. Lo mismo ocurre con la cancha de baloncesto, allí funciona la escuela “Panteritas del Táchira”, donde cerca de un centenar de niños, varones y hembras reciben la savia enseñanza para más adelante convertirse en la generación de relevo.
Los gimnasio de boxeo, de tenis de mesa y de artes marciales poco o nada existe, nadie informa qué pasó, quedando a la deriva muchos atletas, potenciales figuras que pudieron llegar muy lejos.
El gimnasio cubierto “Arminio Gutiérrez Castro”, testigo de grandes hazañas deportivas desde su fundación y reestructurado a raíz de los Juegos Nacionales de hace quince años, presenta serios problemas en el techo y lo que tiene que ver con el tabloncillo de juego.
La crisis por la que atraviesa Venezuela a todos los niveles, no escapa el deporte, trayendo consigo que las instalaciones deportivas presenten un deterioro constante pero sin que nadie le ponga el cascabel al gato de cara a una solución viable a corto, mediano o largo plazo.
Homero Duarte Corona