Farándula y Espectáculos
¿Qué discapacidad mental tiene Memo en la película Milagro en la celda 7?
5 de abril de 2020
Posicionada como la película favorita en Venezuela en la plataforma Netflix, Milagro en la celda 7 ha causado sensación y prueba de esto la tienen las redes sociales, donde inundaron con comentarios sus inquietudes, gustos, qué les pareció y hasta qué no les gustó.
Entre la duda más evidente estaban preguntas sobre la discapacidad mental que tiene Memo.
Los protagonistas de “Milagro en la celda 7” (“Miracle in Cell No. 7” en inglés) han logrado conmover a los usuarios de Netflix también a nivel mundial, no solo por la historia de la que son parte, sino también por la conexión que comparten Aras Bulut Iynemli y Nisa Sofiya Aksongur, los actores que interpretan a Memo y Ova, respectivamente.
“Milagro en la celda 7” se centra en un joven padre con discapacidad intelectual y su hija Ova, quienes viven en una humilde casa en una colina junto a la abuela del primero, llamada Fatma.
Como menciona la abuela, Memo parece tener la misma edad metal que la pequeña, lo que ocasiona que sufra varias burlas y maltratos por parte de la gente del pueblo.
¿QUÉ DISCAPACIDAD SUFRE EXACTAMENTE MEMO?
Aunque algunas personas, como en la película turca “Milagro en la celda 7”, suelen llamarlo “retraso mental”, la American Academy of Pediatrics (AAP) y la Section on Developmental and Behavioral Pediatrics (SODBP) señalan que el término correcto para referirse a esta condición es “discapacidad intelectual”.
Tal como indica Sensacine, “no es considerada un síndrome ni una enfermedad, por lo que es realmente complicado identificar previamente las características clínicas de cada persona, por ello cada caso es distinto y deberán hacerse exámenes para conocer su gravedad”.
La discapacidad intelectual no tiene cura y se encuentra en el 0,5 % – 2,5 % de la población menor de 14 años. Algunas de las características de esta condición son dificultades en la comunicación y aprendizaje, conductas asociales, falta de asimilación en conductas erróneas, de entendimiento sobre normas sociales y de pensamiento lógico.
Del total, solo el 0,3 % muestra un caso grave, mientras que del 55 % – 65% de los casos se desconoce su origen, aunque en la mayoría, el origen prenatal, alteraciones genéticas, anomalías cromosómicas, errores congénitos del metabolismo, malformaciones cerebrales, malnutrición grave, prematuridad, traumatismo craneal e inclusive infecciones intracraneales son razones que podrían explicar el nacimiento de personas con este padecimiento.
Aunque no tiene cura, un tratamiento adecuado puede ayudar a mejorar el ritmo de vida e incluso las relaciones sociales de las personas con discapacidad mental. Eso sí, también es importante concientizar al resto del mundo sobre cómo ayudar a las personas con esta discapacidad.
El Comercio