Nacional
Guayaneses mantienen mínimo en tradición de compra de pescado pese a altos precios
10 de abril de 2020
Venta y consumo de pescado sigue siendo poco pese a tradiciones gastronómicas de Semana Santa. Este miércoles santo algunos compradores se acercaron al mercado de Unare, en Puerto Ordaz: la cuarentena por la Covid-19 y los altos costos no permiten comprar como en años anteriores.
En los pasillos se ven personas llevando no más de dos kilos de pescado, algunos pagan en dólares y otros pasando dos tarjetas. Las medidas preventivas se aplican, pero no del todo, a pesar del uso de mascarilla no hay distanciamiento social.
Alejandro Córcega decidió salir a comprar pescado salado con su esposa para cumplir con una tradición familiar de su terruño natal, el estado Sucre. Por el precio y lo corto de su presupuesto hace un balance entre cada uno de los gastos porque también debe abastecerse con otras proteínas.
El pescado salado es fundamental para la preparación de pasteles y se puede conseguir por encima de los 300 mil bolívares. Paisano, Curbinata y Morocoto tienen los precios más accesibles desde 320 mil, mientras los más costosos son el cazón, el atún y la sierra por precios desde 400 mil bolívares.
Actualmente no es lo más demandado, pocas personas son las que compran. “Ni la cuarta parte de antes, la gente está comprando muy poquito”, relató Yolanda Vera, vendedora de pescado salados en el mercado de Unare. Para el miércoles la afluencia de compradores era baja pero superior a los dos días anteriores.
“La gente ahorita lo que busca es lo más económico” relató Vera. Tuvo que bajar los precios del pescado para poder lograr mayor salida de los productos, pero las personas siguen comprando en pocas cantidades no superiores al kilo y medio de comida.
Con la limpieza del mercado pautada para el jueves no ve una mejora en el número de venta del pescado para los días posteriores a la limpieza. Considera que con la cuarentena para el cierre de semana la afluencia de personas es aún menor.
Pescados frescos
Johan Gómez es vendedor de pescado, relata que el miércoles ha sido el día más movido de la semana, pero lo que venden no es mucho. Indicó que lo que las personas compran puede alcanzar para la comida de un día o menos dependiendo si son una o más personas.
En años anteriores podía vender diario fácilmente dos camiones de pescado de 3 mil kilos cada uno, en la actualidad no llega ni a la mitad de ese peso: 300 kilos es el mayor número que ha registrado en el 2020.
La “bonita blanca” ha sido uno de los pescados más comprados por los clientes al costar 250 mil bolívares, precio menor al resto de los pescados que pueden llegar hasta 450 mil.
“La gente está comprando, pero buscan el pescado más económico”, comentó Nancy Zambrano, mientras atiende a uno de los compradores. Desde el inicio de la semana santa ha habido un aumento en las compras de un 25% pero considera que sigue siendo poco en comparación con años anteriores.
Fabiola de La Rosa, compradora en uno de los puestos, señala que los precios del mercado están 100 mil bolívares más altos que en los otros sitios. Prefiere pagar más dada las largas colas de los otros comercios. Hace un esfuerzo para mantener las tradiciones, pero aún así ha visto una disminución en su capacidad adquisitiva por la crisis económica que vive el país.
Considera que el pescado salado está altamente costoso por lo que prefiere optar por atún fresco porque puede darle distintos usos, tanto en semana santa como en los días posteriores.
Los costos actuales del pescado dejan sin oportunidad de compras a personas que ganan salario mínimo de 250 mil bolívares (2.2 dólares) mensuales. Además elimina la posibilidad de acceder a otros productos básicos a los ciudadanos que dependen como método de salvación de los bonos de 450 mil dados mediante el sistema patria.
La inflación acumulada durante 2019 fue de 9.585% de acuerdo con cifras del Banco Central de Venezuela, en los primeros tres meses de 2020 la Asamblea Nacional calculó 145% de inflación acumulada. Aparte del pescado productos como la carne en 550 mil el kilo y los huevos a 460 mil bolívares el cartòn siguen siendo inalcanzables para la dieta del ciudadano guayanés.
La semana santa no solo será atípica por la Covid-19 y la cuarentena que mantiene encerrado a todo un país lejos de actividades religiosas, sino también por la imposibilidad de poder costear alimentos tradicionales para la fecha.