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23 de noviembre de 2024
Humberto Boscán, un joven periodista venido del estado Zulia, integrante de una dinastía de comunicadores sociales, una camada de hermanos que se inclinaron por esta noble causa, amante del deporte de las bielas, se atrevió a escribir de la historia de la Vuelta al Táchira, de sus primeras catorce de ediciones, entre 1966 y1979.
En la presentación de la obra, de su puño y letra, escribe que, para el año 1964 un grupo de deportistas, amantes del ciclismo venían trabajando silenciosamente para procurar el rescate de una disciplina que se encontraba en decadencia.
Pedro Maximino Pérez, fue quien tomó la batuta en la iniciativa, acompañado del médico neogranadino Rigoberto Trijillo, José Lucidio Martínez y José Abel Becerra, entre otros, para darle rienda suelta a un iniciativa que venía rondando en sus cabezas a inicios de la década del 60 del siglo pasado, para hacerla realidad seis años más tarde con la celebración de la primera edición.
Pero el proyecto en mente por estos mecenas, una especie de quijotes, no era tarea fácil, había que superar una serie de obstáculos, el primero de ellos, nombrar oficialmente las autoridades de la Asociación Tachirense de Ciclismo, hecho consumado el 3 de septiembre de 1964.
En una reunión posterior, Pedro Maximino Pérez, presidente de la ATC, en uno de los puntos del cónclave presentó a consideración de la asamblea la organización de una Vuelta al Táchira en Bicicleta. También propuso el dirigente la construcción para San Cristóbal de un Velódromo y el rescate del ciclismo a nivel regional trabajando en todas las categorías menores en los distritos interioranos, hoy en día municipios. Todos los puntos propuestos por la naciente ATC fueron aprobados por unanimidad.
Para ese momento se discute entre dirigentes y asambleístas la posibilidad de hacer la Vuelta a mediados del mes de octubre, pues con ello se tendría la presencia de pedalistas de Europa y América, todos en plena temporada en sus respectivos países.
Sin embargo, el abogado Pío Gil Moreno, miembro del Directorio de la Feria de San Sebastián convence a las autoridades de la justa del pedal para que desistan o trasladen la celebración del evento ciclista para el mes de enero, para que formara parte de la actividad deportiva programada en el marco del ferial sancristobalense.
Los señores “atecistas” atendieron la solicitud de Pío Gil Moreno, y efectivamente se aprueba que la Vuelta al Táchira comience en su primera edición el 25 de enero de 1.966.
La Vuelta a Colombia en Bicicleta que ya estaba encaminada en el vecino país, sirvió de inspiración a los noveles dirigentes tachirenses para asesorarse de cara al bautizo de la carrera regional.
Pedro Maximino Pérez, en su época de corredor activo participaba con frecuencia en competencias en la vecina ciudad de Cúcuta. En uno de los tantos viajes a la capital nortesantandereana conoció e hizo una buena amistad con el Mayor del Ejército Ernesto Arámbula, presidente de la Liga de Ciclismo de Norte de Santander.
Entusiasmados, con la mente puesta en montar una Vuelta al Táchira con todas las de ley, el presidente de la ATC viajó a Bogotá con el firme propósito de invitar a uno, dos o tres equipos colombianos de primer nivel para una primera versión del giro tachirense por todo lo alto.
En la capital colombiana Pedro Maximino Pérez se reunió con él ya ascendido a Coronel del Ejército y presidente de la Federación Colombiana de Ciclismo, Ernesto Arámbula Durán, quien le prometió la presencia de dos equipos: Cundinamarca y Distrito Especial de Bogotá, divisas que se unirían al Norte de Santander que ya había dado el visto bueno por los dirigentes cucuteños para estar en la naciente Vuelta al Táchira.
El objetivo era reunir la mayor cantidad de corredores para estar en la raya de salida en el nacimiento de la esperada competencia por etapas. Con miras a esta premisa varios dirigentes de Asociclismo visitaron algunas capitales de estados para formalizar la invitación a alcaldes, gobernadores y Asociaciones, que junto a los dos equipos bogotanos, Norte de Santander y Antioquia, además de los nativos se logró reunir a 43 ciclistas, que parecía poco pero que en los hechos era importante por ser por la primera edición.
Dentro del lote sobresalía la presencia de Martín Emilio Cochise Rodríguez, corredor antioqueño que para ese entonces era una de las grandes revelaciones del pedalismo de ruta no solo de Colombia sino de América.
Menos de 15 mil bolívares organización de la primera Vuelta
Aunque parezca algo insólito si se comparan los precios de entonces en relación a la situación de ahora-un dólar al cambio era de 4,30 más o menos-, pero igual, los dirigentes de la ATC tuvieron que poner dinero de su propio peculio para poder celebrar la carrera, que tenía un costo de 13 mil bolívares. La junta de la Feria de Sebastián aportó 5 mil bolívares.
Este dinero no alcanzaba para cancelar los gastos que acarreaban lo que era alimentación y hospedaje de la caravana ciclista. Se la ingeniaron los bisoños dirigentes, apelaron al buen corazón de familias tachirenses que en sus hogares le dieron cobijo tanto a ciclistas nativos como extranjeros.
Faltaba un detalle muy importante, lo relativo a la transmisión radial, que llevó a los dirigentes a tocar la puerta de varias emisoras de la región: Ecos del Torbes, Radio Táchira y Radio Junín (Radio Mundial).
Hubo mucha receptividad por parte de los directores de las tres estaciones radiales, pero ante la carencia de unidades móviles y otros características propias de la transmisión de un evento de esa naturaleza para entonces, aparecieron dos ángeles salvadores: Gregorio Gonzalez Lovera, propietario de Ecos del Torbes y Carlos Alviarez Sarmiento empleado de la empresa Cadafe.
Con la ayuda de técnicos colombianos y venezolanos, se logra condicionar tres unidades móviles con buenos equipos transmisores que quedan a disposición de Ecos del Torbes, estación que logra los derechos exclusivos de la Vuelta.
Carlos Arturo Rueda, nacido en Costa Rica pero de hechura colombiana, unos de los primeros narradores de la radio colombiana, conjuntamente con otros colegas suyos de la nación neogranadina y con ellos el novel locutor tachirense Carlos Alviarez Sarmiento, hijo de Lobatera, causan impacto entre la afición tachirense que por primera vez observaban una transmisión de ciclismo a través de la radio.
Después de arduo trabajo, el 25 de enero dirigentes y aficionados vieron coronado el sueño, observar la presencia de 43 corredores de Colombia y Venezuela para dar inicio a la primera etapa de las cinco programada, un circuito sobre 120 kilómetros, con salida frente al gimnasio cubierto “Arminio Gutiérrez Castro” de la Concordia y final allí mismo.
Rufo Casanova, presidente del comité organizador se encarga de bajar la banderola a cuadros para dar inicio a la Vuelta, justa tachirense donde estaban involucrados ruteros de los estados Carabobo, Lara, Mérida, Cojedes, Bolívar y Táchira, junto a invitados de Cundinamarca, Distrito Especial, Antioquia y Norte de Santander.
El antioqueño Luís Vélez fue el ganador de la primera etapa con tiempo de 3 horas, 23 minutos y 8 segundos, mientras que su compañero de equipo Martín Emilio Cochise Rodríguez fue el ganador de la Vuelta con un tiempo general de 19 horas, 49 minutos y 19 segundos y como subcampeón el bogotano Gliserio Penagos. El mejor venezolano fue el carabobeño Gregorio Carrizales, quien terminó a una diferencia de un poco menos de dos horas.
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