Reportajes y Especiales
Testimonios de Cuarentena: “En estos tiempos hay que visualizar la luz en la zona oscura”
30 de abril de 2020
Para Fabiola y Francisco una pareja de esposos de San Cristóbal, este momento es el fruto de un encuentro que ya han tenido con papá Dios. Para ellos, y casi lo dicen al unísono, es el fruto bendito que estamos viviendo
María Teresa Amaya
–Yo casi no me siento en cuarentena–, comenta Fabiola para abrir la conversación, tomándose un cafecito y como mesita una corteza de árbol frente al jardín de su casa, en un pequeño porche rodeado de plantas.
Sentados en banquetas de madera, todo muy acorde con la “hora del puntal”, sobre las 3:30 de la tarde. Café negrito acompañado de una bolita de pan dulce.
Luego de caminar por la senda del Señor durante 13 años en la Fraternidad de Misioneros Católicos Verbum Dei, viviendo en comunidad de oración, ellos sienten que ese tiempo invertido de su vida ha sido una preparación para saber llevar de alguna manera este espacio de sus vidas, donde el movimiento de quienes habitan en la esfera terrestre se ha detenido ciertamente.
–Con un nido vacío, pues nuestros hijos están haciendo sus propias vidas y cultivando sus propios nidos, le pedimos a papá Dios que llegara alguien con quien pudiésemos compartir y apoyarnos mutuamente. Dios nos envió a mi suegra, la señora Lina, y a mi sobrina Raquel Camila de 14 años, con quienes nos llenamos de amor y hemos formado un equipo que alimenta aún más nuestro hogar en estos instantes–, comenta Fabiola.
Francisco por su parte, añade, “es la inquietud de una adolescente. Sus comentarios, sus preguntas, las tareas que envían de la institución donde estudia y mi mamá, la parte adulta, su inocencia, luego de años de dedicación y su independencia que ya comienza a necesitar más nido de amor».
Esta pareja de profesionales, él veterinario, y ella abogada, expresan que en términos humanos, les ha afectado como a la gran mayoría, la falta de los principales servicios como la energía eléctrica, el agua, el gas y por supuesto la gasolina para movilizarse en determinado momento las tres primeras necesidades básicas que en tiempos de aislamiento se nota más.
“A veces nos ha costado entre otras cosas, la comunicación con nuestros hijos y por supuesto estar atentos y aprovechar cuando uno de los servicios del hogar se activa, para hacer los quehaceres: cocinar, limpiar, lavar en esas horas oportunas, ese ha sido el cambio”, expresa Fabiola.
Para Francisco Monsalve este es el lapso propicio para aplicar la resiliencia “como ver oportunidades en las dificultades”, y no caer en la quejadera y la desesperación y agrega “pero todo esto también lo hace nuestra forma de vida, la oración constante, todo el tiempo, la fe y el testimonio de la misión, eso es lo que nos ha ayudado, ese camino espiritual que nos hemos propuesto como esposos y como familia, con todo lo que se nos presenta porque nuestro día a día es muy dinámico”.
“Pisando tierra con la mirada en el cielo”
Fabiola Chacón de Monsalve, está jubilada y en esa ronda de su edad de oro, luego de dar clases en la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET), de Legislación Agraria y Ambiental, y al mismo tiempo ejercer su profesión, desde el año 2014 se dedica a hacer vitromosaicos, al principio lo tomó como un entretenimiento; pero a medida que pasó el tiempo el trabajo se hizo más inspirador y con este arte tan creativo comenzó a vender sus propias obras.
En estos instantes de confinamiento manifiesta que mirando su casa se ha propuesto hacer los detalles para su hogar, y parte del tiempo se inspira en lo que quiere con mucho amor.
Los esposos se han dedicado también a la lectura. Comparten los textos “Sentido de la Vida” y “El Apóstol San Pablo”.
También se reúnen con su sobrina y doña Lina a ver películas cuando así lo amerite el momento, comen juntos, rezan. Y tienen sus encuentros individuales de íntima conversación con Dios y María.
Detalla Fabiola que las horas de salida son puntuales. Cumplen con las indicaciones de las autoridades y también ella está muy pendiente de sus padres para llevarles un mercado y visitarlos. Ellos viven con su hermana y familia.
–Se trata de vivir el confinamiento pisando tierra con la mirada en el cielo–, añade.
Semillero de ideas en familia
El profesional de la Veterinaria por su parte, dice muy seguro que visualizar la luz en la zona oscura es el propósito Buscar, estar activo, apoyar incluso a los vecinos, aprovechar el tiempo en casa es el semillero de ideas que surgen de su mente en este intervalo de tiempo.
Durante la conversación Francisco se dirigió a una esquina del jardín de su casa, se colocó unos guantes y junto a su esposa, mostró un afable cultivo que han hecho.
En cartones de huevos que sirven como germinadores, han ido sembrando las semillas de diferentes plantas. Cuando estás brotan, las trasplantan y pasan al cantero tipo jardinera para que la planta se desarrolle.
–Son pocos metros disponibles en nuestro jardín. Hemos sembrado pepino, espinaca, lechuga, cebollín, menta, albahaca y yerbabuena. Para esta faena aprovechamos el abono que habíamos traído con anterioridad–, cuenta gustoso Francisco e interrumpe Fabiola: Esto era un sueño de amor por la naturaleza.
En su profesión como veterinario el doctor Monsalve realiza desde su casa asesorías empresariales, aclarando que se adecúa a la disponibilidad de las redes por las interrupciones eléctricas.
Por otra parte ha utilizado el tiempo para capacitarse con grupos de estudios, nacionales e internacionales, para hacer intercambios de información en su rama.
«Wod»
La otra alternativa que han alcanzado estos tachirenses que aman lo que hacen desde todo punto de vista, es el ejercicio diario y una alimentación equilibrada adaptándose al sistema.
En el Wod o entrenamiento del día, integran a su sobrina Raquel, y en ejercicios leves a doña Lina, mientras ellos toman la parte más fuerte con rutinas que son enviadas por su yerno Ricardo Morales Belén, coach en Crossfit.
Él los mantiene al día con organizados circuitos en una programación semanal (calentamiento, acondicionamiento, ejercicios para cardio, piernas, resistencia entre otros), que han sido aprovechados en esta época convirtiendo parte de su casa en un pequeño gimnasio.
A falta de aparatos, utilizan morrales, ladrillos, libros y los implementos que necesiten para desarrollar la rutina del día. Este tipo de actividad lo hacen después de las 5:30 pm y en un tiempo de hora y media aproximadamente.
Esta familia tachirense, como muchas otras, vive el día a día rindiendo al máximo las oportunidades que se les han presentado y los talentos que puedan desarrollar. Para ellos es fundamental la oración. Esa es la clave. Y el compartir en familia, conversar por teléfono con sus hijos y con quienes se encuentran en su hogar, aprenden y comunican lo que saben.
Dice Fabiola que este momento les ha permitido enriquecer la oración en pareja. Cuando se ora en pareja, dicen, salen los propósitos de vida. Dialogamos desde la luz y desde la sal para vivirla.
Por su parte, Francisco explica que quieren motivar a los demás para que en la postpandemia tengamos la propuesta de un momento de vida sustentable.
Luego, le dice a su esposa: “amore mío” es hora de hacer la cena.