Regional

Con gran afluencia de compradores comenzó el mes de mayo

7 de mayo de 2020

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Freddy Omar Durán


Las fronteras entre un día corriente y un día feriado la cuarentena la ha disuelto especialmente en las zonas más concurridas donde la gente se aboca a adquirir los productos de primera necesidad.

Las restricciones de limitar a ciertos días de la semana la actividad comercial en los alrededores del Terminal y el Mercado de los Pequeños Comerciantes, tampoco ha sido cortapisa para muchos informales, quienes prefieren cambiar sus puestos de venta, un poco más alejados de la vigilancia policial.

Este fin de semana la congestión de vehículos  parecía a la de un día antes de la cuarentena, y ni la falta de gasolina, ni el llamado a permanecer confinado, lo disminuyó. Mientras el primero de mayo fue cumplido más que todo por las grandes cadenas de supermercados, para el resto del comercio de la zona fue un día normal.

Y si bien para muchos la falta de dinero es una limitante para hacerse de lo necesario, para otros no lo es tanto, como lo observó la señora Carmen Ostos, vendedera de verduras, quien recibido euros y dólares, para ella en el pasado una situación poco común.

“No sé,–afirmó Ostos—si hay más dinero  en la calle, o sencillamente han decidido que el mejor gasto que pueden hacer es en alimentos”.

Ha visto mujeres de la tercera edad manejar con gran soltura y habilidad euros y dólares, algo que contrastaba con la apariencia de humildad con la que en un principio llegaban a adquirir lo que necesitaban.

Para los informales lo mejor es recibir pesos en vez de bolívares, y por eso al cambio oficial verduras y frutas especialmente pueden parecer más económicas en moneda extranjera, aunque esto también depende de una tasa de cambio que abrió mayo a la baja respecto al referente nacional.

Hay quienes solo venden en pesos, pues no cuentan ni con punto electrónico para pagar con débito. Otros intentan superar este último escollo, aliándose con algún local cercano que si cuente con la “máquina para pasar la tarjeta”, negociando una pequeña, pero nada despreciable, comisión.

Todos vendiendo alimentos

Sea como sea, muchos comerciantes, como se vio en La Concordia, más que resignarse a cerrar tuvieron que reinventar, sobre todo los que estaban en locales alquilados, y no querían cerrar. Incluso algunos han contado con arrendatarios flexibles quienes provisionalmente han bajado el canon, o han corrido la fecha de pago.

Doris Mora comenzó el 2020 apostando por la venta de ropa, junto a su esposo, en un pequeño local alquilado, y en buen punto, pero el coronavirus le cambió los planes.

En vista de que en periodo de cuarentena la autorización de laborar recaía en rubros prioritarios, a ellos no les quedó otra que vender víveres, artículos de cocina, e incluso todo lo relacionado con el ramo de la pastelería, y la confección de tortas.

Todo lo que sea, menos echarse a morir, porque hay que pagar un arriendo, y no quieren perder el punto que ya han ganado. Como buena chácara, ni se rinde, ni deja apagar su olfato para los negocios; siempre con la actitud positiva por delante.

“El mes de mayo comenzó algo flojo –afirmó Mora- Los lunes han sido días buenos para las ventas, pero los miércoles y los jueves tienden a decaer un poco”.

Entre la calle 3 con carrera nueve, donde se ubica su negocio, las cosas también han cambiado a su alrededor, pues para allá se mudó un lote importante de vendedores ambulantes, que antes se instalaban cerca del Terminal y los Pequeños Comerciantes, ya que en esos lados ciertos días de la semana no se puede trabajar.

“Eso antes no era como ves ahora, estamos solo los que tenemos locales alquilados. Debido a las medidas que se han tomado para los vendedores ambulantes se han venido para acá. Han llenado bastante las calles de verduras, frutas, víveres, cosas que antes no había”, dijo.

Para Mora lo más duro de la cuarentena fue decidir por un momento cerrar el negocio, obedeciendo a las exigencias en principio del Gobierno…hasta que consiguieron un proveedor de alimentos.

Todavía están viendo cómo les va, y cómo los trata la cuarentena; no obstante no pierden la confianza de su emprendimiento, en tanto en el más que pensar en hacerse de un capital, se juegan su supervivencia.

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