Delegación de Estados Unidos visitó el puente Simón Bolívar
25 de noviembre de 2024
Alfredo Monsalve López
Recuerdo el lunes 16 de septiembre de 2019. Fecha en la cual se dio inicio a las actividades académicas 2019-2020 en esta Venezuela de todos. Llegué a mi casa pasadas las 7 de la noche. Como un bulto lleno de oro (solo Maduro los blande en cadena nacional), caí en la cama. De inmediato me dormí. No soñé, tal vez por la faena universitaria del día. Al poco rato desperté. Estiré la mano y alcancé el control del televisor. Lo encendí. ¡Oh sorpresa! Allí estaba el Sr Vladimir Padrino López. Rodeado del Alto Mando Militar. Las condecoraciones adornaban sus respectivos trajes. Detrás de ellos, y como testigos de lo que vociferaba el Sr Vladimir, colgaban dos cuadros para la historia: Simón Bolívar (con los “ojos muy abiertos”) y Hugo Chávez (“comandante eterno” según Padrino López). Éste hablaba más de lo mismo. Pero, mi atención se centró cuando se refirió al inicio de clases. Con todo respeto, pienso que no dio con lo que significa este momento educativo en su mentada “revolución”. Expresó maravillas, elogios, glorificaciones, alabanzas a granel, las mejores vivencias (no de él) sino de los educadores, los llevó a un pedestal, los enalteció pues.
Pero, pero (vale la redundancia), no asomó las protestas que ocurrieron en casi todo el territorio nacional el mismísimo inicio de clase. Tampoco dijo nada sobre la poca asistencia que hubo de los alumnos. Mucho menos se refirió a las bombas de “gas del bueno” que lanzaron contra esos educadores que él enaltece. Para nada se refirió al mísero salario que gana un docente. En fin. En verdad no sé cuál es la educación que el Sr General observa. Además, pienso que ese no es su papel. Ese pergamino le corresponde al Sr Aristóbulo que, por cierto, tampoco dio la cara (el lunes 09/19) en las puertas de “su” ministerio cuando acudieron los docentes a reclamar sus derechos. En ese momento estaba como lo que es: operador político en la llamada nueva “mesa de diálogo”.
Entiendo al Sr General Padrino López, en tanto en cuanto haya una verdadera defensa de los derechos de los educadores venezolanos. Pero, la educación que él apoya, no es la verdadera. No es la que nos merecemos los venezolanos. Y sustento lo anterior con algunas preguntas obligadas: ¿por qué no habla de la problemática educativa que existe (y él lo sabe), en todo el territorio nacional? ¿Dónde estaba él cuando existían los comedores llenos de comidas para los niños y niñas? ¿O es que acaso con el mismo “verbo” de los dirigentes del partido político (PSUV) puede definir la educación actual? ¿Por qué no dice que el abandono de las escuelas y liceos se debe a la mala gestión del que detenta el poder? ¿Sabe (me magino que sí), desde cuando el régimen no ha construido al menos una institución educacional de envergadura? ¿Conoce de los liceos que hoy no poseen laboratorio de física y química, como en los que existían en la llamada IV República? ¿Acaso sabe el Sr Vladimir cómo se trasladan los estudiantes a sus respectivas escuelas? Obvio que si lo sabe. El respeto es un valor moral esencial en toda sociedad. Quien esto escribe, como ciudadano, le respeto. Epa, pero ya va. También el pueblo merece muchísimo más respeto.
Ahora bien, si nuestro sistema educacional, en tiempos “buenos” (para el sr ministro), ha habido deficiencias y frustraciones tanto en algunos estudiantes como en docentes, ¿qué se puede esperar de lo que está ocurriendo hoy en Venezuela con la cuarentena por causa de la peste que acosa el planeta; y además, los múltiples problemas que padecemos? Un breve ejemplo para el Sr Vladimir Padrino: lea bien, el “negro” Aristóbulo (como le llamaba el difunto Chávez), ministro de educación, pide clases online, pero en muchos estados los cortes del preciado fluido eléctrico son hasta 6, 9 y hasta 12 horas diarias. Le pregunto, señor General, de acuerdo a lo que Ud decía el año pasado: ¿qué podemos esperar de nuestro sistema educativo según el “Estado Docente”? Interrogante que la hago extensiva a todos los venezolanos. Más significativo aún, en la escala del del 1 al 9, ¿qué calificación le asignan a nuestro sistema educativo? Se abre el debate pues.
@monsalvel
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