Norma Pérez
Años 90. Concierto de gala de la orquesta sinfónica preinfantil del Táchira. Con un movimiento de batuta la directora Samantha Solano indicó la entrada al novel trompetista. Esa noche Anthony Pérez debutaba como solista en la obra “A trumpeter’s Lullaby” del compositor estadounidense Leroy Anderson.
Las notas de aquella música inspirada en una canción de cuna se esparcieron por el aire en un eco de dulzura y sonoridad para rendir voluntades y corazones de un público desbordante que, de pie, obsequió al joven artista con una ovación.
Un poco más de veinte años después Samantha Solano, violonchelista tachirense que actualmente forma parte de la orquesta sinfónica del estado Aragua, recuerda aquel momento: “Anthony fue un niño destacado por su responsabilidad y madurez a pesar de su corta edad. Desde que se inició me sorprendió la calidad de su sonido limpio y muy dulce; por eso se ganó el privilegio de ser el primer solista que tuvo la orquesta”.
Lo describe como un pequeño aplicado, inteligente, sociable y amoroso. Emprendedor y con grandes condiciones de liderazgo. “Mi corazón se llena de orgullo cada vez que me entero de sus logros en su carrera como músico profesional”, dice la maestra de antaño con una mezcla de alegría y nostalgia.
Ese instante memorable marcó el inicio de una carrera con incontables horas de estudio, empeño y dedicación. Formación estricta con afamados maestros. Tocar y nunca dejar de luchar. Hoy al volver su mirada, Anthony Pérez recuerda los días de esfuerzo, ensayos interminables, la práctica en solitario. Siempre en la búsqueda de ser el mejor.
En el presente puede decir que cumplió una de sus más grandes metas: reunir a más de un centenar de músicos venezolanos que emigraron a los Estados Unidos y contribuir a la creación en Miami de una orquesta filarmónica que en su concierto inaugural se ganó la admiración mundial.
Anthony Pérez es hoy trompetista con una trayectoria consolidada en los más prestigiosos escenarios internacionales. Director, arreglista y multiplicador de sus conocimientos. Presidente de la Bolívar Phil. Así, como cuando crecen los sueños.
Amor al primer acorde
Aún cuando nació en San Cristóbal, su niñez y parte de la adolescencia transcurrieron en Rubio. El colegio “Los Andes”, donde Anthony comenzó a estudiar, estaba ubicado al lado de su casa y los sábados ensayaba la banda del plantel. Cuando escuchaba los primeros acordes, el pequeño alumno de preescolar corría hacia el colegio y pasaba horas viendo el ensayo, los instrumentos y cómo tocaban. También lo hacía cuando su tío Ciro Pérez practicaba con un grupo llamado “Los 8 del Taller”. Se sentaba detrás de la batería porque la percusión captaba su atención.
La música lo atrapó desde niño por sus sonidos y por lo divertida que es. “Fui integrante de la banda del colegio, empecé con la percusión y al experimentar más me decidí por el instrumento que hacía la melodía, era la trompeta. Ahí comenzó todo”, recuerda quien a la fecha ha recorrido gran parte del mundo para mostrar su talento.
Sin cumplir la mayoría de edad se radicó en Caracas para estudiar en el Conservatorio Superior de Música “Simón Bolívar”. Allí empezó a vivir una de las etapas más importantes de su formación profesional al ingresar al sistema de orquestas creado por el maestro José Antonio Abreu y pasar a formar parte de la orquesta sinfónica ”Simón Bolívar” dirigida por Gustavo Dudamel. Quince años de aprender haciendo.
Para él esto es muy significativo porque le brindó la oportunidad enorme de experimentar con diferentes áreas musicales y desarrollar sus proyectos, como el ensamble de metales y percusión “Titán” y el Venezuelan Brass Quintet, que le aportaron conocimientos no solo como instrumentista sino también en la parte de dirección orquestal y producción.
A José Antonio Abreu, quien apoyó sus proyectos, lo considera una referencia mundial cuando se habla de música: “De él aprendí a hacer las cosas con amor, disciplina y a soñar. Esa fue su enseñanza, saber que no existen límites cuando se quiere crear algo que sale del corazón. Se convierte en una idea que pasa al cerebro y después ese sueño se hace realidad”.
Anthony Pérez describe al maestro Abreu como un visionario, un soñador que logró que su idea se convirtiese en algo tan sólido e importante en el mundo y en todos nosotros. “Tanto así que nos ha marcado porque el sistema es una familia; estoy seguro que todos nos sentimos identificados como hermanos”.
Alrededor del mundo
La trayectoria musical de Anthony Pérez lo ha llevado a escenarios de más de treinta países: Teatro de la Scala de Milán, Carnegie Hall, BBC Proms de Londres, Berliner Konzarthause, I Festival de Salzburgo entre muchos otros. Actuó como solista en el South Bank Centre’s Royal Festival en Londres y junto a la famosa trompetista Thine Helseth en Stavanger, Noruega. Grabó un CD para la disquera EMI Classic, y un DVD en vivo en Alemania para Euro Arts.
En 2016 grabó el primer sencillo de su producción como solista, “Nostalgias”, junto al maestro del acordeón Eduardo Galeán. Esta grabación junto a otras de su trabajo profesional pueden apreciarse en su canal de YouTube.
Apenas un esbozo de su bagaje profesional, que suma presentaciones con reconocidos artistas nacionales e internacionales y una serie de becas ganadas por su constancia y disciplina al lado de reconocidos maestros para consolidar su aprendizaje. Desde hace varios años es artista patrocinado por la marca española de trompetas Stomvi.
Pérez considera que lo más grato de ser músico es conocer gente de muchos lugares y viajar. “Es muy grato y como músico, tocar en los teatros más importantes que no imaginamos conocer. Tengo un recuerdo de un concierto en Londres en una sala para diez mil personas con cupo completo. La energía y la conexión con el público era tan impresionante que nunca la olvido”.
Este joven artista tiene otra manera de viajar a través de las obras de sus compositores preferidos: la cuarta sinfonía de Tchaikovsky, segunda sinfonía de Mahler, quinta y décima sinfonía de Shostakovic, las cuales fueron parte del repertorio de la Orquesta Simón Bolívar. Afloran los recuerdos y lo trasladan a muchos lugares.
Bolívar Phil
Desde hace cuatro años Anthony Pérez se encuentra radicado en Miami. Buscar nuevos horizontes se hizo primordial. Su primer proyecto junto a otros músicos venezolanos fue el Miami Brass Quintet, agrupación que contó con gran acogida y tiene en su haber numerosas presentaciones.
Pero su espíritu inquieto no se detuvo allí. Comenzó a tomar vuelo un proyecto ambicioso y de grandes dimensiones. Así fue como en una reunión que sostuvo con el músico tachirense Carlos Aragón, compañero de la Orquesta Simón Bolívar, y la esposa de este, la flautista Eva Moreno, conversaron acerca de la cantidad de músicos de alto nivel que emigraron a Florida.
De las palabras pasaron a las acciones. Se hizo una convocatoria y comenzó la organización. Tuvieron el respaldo de la Universidad de la Florida, que prestó su sala de conciertos. Se sumaron como solista el trompetista Francisco “Pacho” Flores, los directores Carlos Riazuelo y Javier Mendoza. El domingo 30 de junio de 2019 se realizó el concierto inaugural de la orquesta Bolívar Phil, con un respaldo rotundo, no solo del público presente y medios de comunicación, sino que hubo un apoyo manifiesto desde diferentes países.
Son muchas las familias involucradas en el proyecto. Ellos ven la orquesta como una ventana a la esperanza, para rescatar a todos estos artistas con trayectoria de muchos años. “Somos más de cien músicos y todos hemos puesto nuestro grano de arena. Lo vamos a lograr”, manifiesta uno de los principales impulsores, mientras explica que ya dieron inicio al programa de multiplicación de conocimientos por medio de clases en línea gratuitas a músicos de todo el mundo.
Y si volviera a nacer…
En estos momentos de pandemia Anthony Pérez no deja de estudiar y desarrollar actividades. Aún cuando no hay una cantidad específica de tiempo para ensayar, lo hace diariamente durante un mínimo de dos y un máximo de seis horas.
Desde su casa se dedica a realizar grabaciones con otros artistas, así como a atender a los alumnos que desde la distancia reciben sus enseñanzas. Una carrera que se lleva sin prisa pero que no admite pausa, para quien afirma que la música ha sido un factor determinante como ser humano y le ayuda a ser disciplinado para concretar sus proyectos.
El jovencito aquel que una noche de concierto en San Cristóbal percibió la emoción que produce ser protagonista, trazó su destino. A la par de los años crecieron los sueños que alguna vez se atrevió a esbozar. Frente a él un camino largo, mucho por aprender y por hacer. Escenarios por conquistar y aplausos por ganar.
Anthony Pérez es talento, disciplina y vocación resumidos en una expresión que solo puede salir del corazón y de la pasión con que asume la música: “Y si volviera a nacer volvería a ser músico”.