Las familias de dos venezolanos que, por distintas razones, habían emigrado de sus natales Mérida y Aragua, se encuentran preocupadas al desconocer el paradero de sus seres queridos, con los que no tienen contacto, desde hace más de un mes con el primero y cerca de tres meses con el segundo.
Miriam Bustos
Uno de ellos es el adolescente merideño de 17 años de edad, Dylam Stevens Márquez Varela, quien en octubre de 2019 decidió migrar a Bogotá, Colombia, donde realizaría un curso de mecánica. Podría haberlo hecho on line, pero presencial le salía más económico; además aprovecharía la estadía para trabajar, sustentarse, pagar el curso e incluso ayudar a su familia que reside en Santa Juana, municipio Libertador de Mérida.
Según contó su mamá, María Varela, el adolescente viajó con un amigo y en Bogotá se reunieron con otros dos que ya estaban allá. Dylam tuvo varios trabajos en los que se desempeñó sin ningún problema y constantemente, pese a no tener teléfono celular, estaba en comunicación con la familia.
Después de un tiempo, el grupo de amigos se separó. Uno de ellos regresó en enero a Mérida, mientras que el adolescente se quedó solo, pero siguió adelante. Al iniciarse las medidas de aislamiento para prevenir la covid-19, quiso regresar a casa, pero para eso debía llegar a Cúcuta.
“Las cosas estaban poniéndose difíciles y quería regresar. Como pudo, llegó a Medellín y lo refugiaron por un tiempo, junto con otras personas, en una finca, donde también trabajaba por comida. Ahí empezó a comunicarse poco. El 17 de abril le escribió a un primo suyo para decirle que ya estaba dispuesto a regresar. Y el 1° de mayo, en el último mensaje que envió, dijo que ya, que se venía, pero no hemos vuelto a saber de él”, contó la madre.
La esperanza que tiene María es que el adolescente se encuentre en algún refugio o Pasi de la frontera, pero nadie le ha dado respuesta. La preocupación de ella estriba en que el adolescente no se ha vuelto a comunicar, por ninguna vía, y les angustia que no tenga dinero ni para cubrir sus necesidades más básicas. Pidió, sobre todo a las autoridades tachirenses que manejan y controlan el regreso de venezolanos al país, que cualquier información sobre su hijo se la hagan llegar a través del número telefónico: 04147040158.
También un aragüeño
El caso de un aragüeño, de 35 años de edad, es aún más complicado.
Su familia en Maracay desconoce su paradero desde el 16 de marzo, precisamente el día que se decretó cuarentena social en todo el país. Tampoco tenía teléfono celular, pero eso no evitaba que se comunicara seguido con su familia en Aragua.
Freddy Antonio Álvarez Zavala estaba radicado en San Antonio del Táchira, municipio Bolívar, desde hace dos años. Trabajaba en una panadería, ubicada a solo tres cuadras de la plaza principal de la población. La complicación en cuanto a su actual ubicación consiste en que, tanto su madre como su esposa, erróneamente, creían que la otra estaba en constante comunicación con él, por lo que no se preocupaban, hasta hace unos días, cuando la hija menor de Freddy cumplió 2 años de vida y él no llamó para felicitarla.
Fue cuando las dos damas se comunicaron y conocieron que la última vez que Freddy se comunicó con la esposa fue el 16 de marzo. Ahí comenzó la preocupación porque, de haber podido, no habría dejado de comunicarse con sus seres queridos. Agradecen cualquier información sobre el paradero de de Álvarez Zavala., hacerla llegar al número: 04120425669.