Los cortes eléctricos siguen siendo el gran dolor de cabeza de varias comunidades de la frontera. Los habitantes lamentan que no se cumpla con el cronograma publicado por Corpoelec en la entidad andina y, al mismo tiempo, reclaman que las suspensiones sean equitativas.
En el barrio Simón Bolívar, en San Antonio del Táchira, sus habitantes aseguran que al día, como mínimo, pasan cerca de siete horas sin luz. Cuando los cortes se registran en la noche-madrugada, no pueden conciliar el sueño, pues el calor que reina en la frontera los obliga a pasar la noche en vela.
Luz Estela Tarazona, de 61 años, habitante del barrio Simón Bolívar, calificó de pésimo el tema de los servicios básicos. “No hay luz, no hay agua”, precisó la dama mientras dejaba por sentado que con el paso del tiempo, la situación se ha agudizado. “Antes, el agua llegaba cada 20 días, ahorita nos llega cada mes”, dijo.
Pese a esta situación, Tarazona indicó que ha tratado de cumplir con las normas establecidas ante la cuarentena: toque de queda (de 4:00 p.m. a 10:00 a.m.) y aislamiento total. “Siempre uso el tapabocas, y solo salgo para los estrictamente necesario”, acotó.
Por su parte, Lucy Vargas ve con preocupación el hecho de que solo algunos sectores del municipio sufran los cortes de electricidad. “El porqué lo desconocemos”, subrayó la septuagenaria desde la fachada de su hogar.
Otro factor, que desde su punto de vista urge solventar, es el del agua potable. “Falla a menudo. Lo bueno es que cuando llega, la dejan al menos ocho días”, agregó bajo la anuencia de otros vecinos que se encontraban a su lado.
Alimentación
Frente al escenario que se vive con la pandemia, muchos han optado por cruzar las trochas para comprar sus alimentos. Sin embargo, los controles que han implementado los cuerpos de seguridad en los caminos verdes han ocasionado que algunos se abstengan.
Yo he pasado, pero últimamente no lo hago por las crecidas del río y por los controles que hay. Me da algo de miedo”, señaló Tarazona, quien instó a las autoridades a buscar soluciones a las frecuentes fallas en los servicios.
Jonathan Maldonado