La venta de flores en el Cementerio Municipal de San Cristóbal se ha desplomado como consecuencia de la pandemia del coronavirus, pues la gente invierte el dinero que consigue en alimentos y estamos en una época en que casi no se visita a los difuntos y menos se lleva flores a su tumba.
Así lo manifiesta Henry Cegarra, quien por décadas se ha dedicado al oficio de vender flores en el único cementerio de la ciudad, al explicar que las ventas están por el piso, han decaído en más de un noventa por ciento. Aproximadamente, 25 familias se dedican a esta actividad, que era rentable hasta hace menos de un año, cuando la gente iba al cementerio. Las personas pasaban por cualquiera de los puestos de flores en busca de un manojo para ofrendar en la tumba de un familiar o un ser querido.
Aquí se hacían todo tipo de arreglos, adornos, coronas y guirnaldas; también se vendían las flores por unidades, docenas o como el cliente lo exigiera. Había clientela. Los clientes venían para encargar los famosos tocados para las bodas, los ramos para adornar las iglesias. En ese cementerio también se vendían adornos de diversos tipos y hasta los ramos para enamorados. Pero ya eso pasó. Ahora solo hay soledad, dice una vendedora, al explicar que muchos no hacen ni para pagar el canon de arrendamiento. Hay vendedores que no han vuelto a su lugar de trabajo.
Cegarra, por su parte, considera que esto es consecuencia directa de una situacion que está muy dura. Dice que las flores que venden vienen de la zona de El Zumbador, “son buenas, bonitas. Las traen los proveedores y los precios son accesibles, eso lo sabe la gente. Tenemos una gran variedad, incluyendo rosas y girasoles. Menos claveles, porque aquí casi nadie los cultiva, son importados y salen caros, ya que se deben pagar en divisas. Los precios varían, por temporada y el tipo de flor. Si se compra barato, se vende barato, y si compramos caro, tenemos que vender caro”, añade Henry Cegarra.
Otra vendedora dijo que hasta los días de temporada resultaron flojos y recuerda que este año, durante los días de la madre y del padre, las ventas no llegaron al nivel que se esperaba y todo eso es a causa del problema que ha generado la COVID-19. “La gente no viene al cementerio, por varias razones. Primero, no hay transporte para movilizarse; quienes tienen vehículo no consiguen gasolina; existen limitaciones para desplazarse por diversos sectores de la ciudad y la gente teme al coronavirus.