José Luis Guerrero S.
Para las autoridades sanitarias del estado Táchira y del país, el tachirense Otoniel Silva, vecino de Madre Juana, en San Cristóbal, murió de covid-19, pero para los familiares no.
Insisten que la causa de muerte fue una cirrosis hepática e insuficiencia respiratoria aguda que le produjo cuatro infartos el pasado martes 7 de julio, luego de la una de la tarde.
Falleció en el Hospital Central de San Cristóbal a donde fue ingresado por sus parientes la noche del lunes, referido del ambulatorio de Puente Real.
Metalúrgico de oficio, disfrutaba de los días de su vida, con sus parientes en su casa, en la parte alta de la calle 3 de Madre Juana, cerca de las escaleras que comunican con el sector Catedral. Le gustaba beber y parrandear.
Su sobrino, Luis Amaya informó que el último fin de semana de junio, Otoniel y otros cuatro vecinos se tomaron cuatro botellas de miche puro blanco “y eso fue lo que lo reventó”.
Su hijo, Jorge Luis Silva, declaró al periodista de Diario La Nación, que el viernes 3 de julio su padre amaneció con dolores de estómago que ameritaron su traslado al ambulatorio de Puente Real. Lo atendieron y se ordenaron exámenes que inmediato fueron hechos en un laboratorio privado y los resultados confirmaron que se trataba de cirrosis hepática.
El sábado lo llevaron nuevamente al ambulatorio, y con los resultados de los exámenes en mano, lo remiten para el Hospital Central por lo de la cirrosis, “pero él dice que no va a ir, que lo dejen tranquilo en casa”.
El lunes en la mañana amaneció muy malo. Dolor más intenso en el estómago que estaba recrecido, hinchado, Lo llevan por tercera vez al ambulatorio de Puente Real. “Lo vieron y la doctora de turno le colocó tratamiento, le dieron medicamentos y nuevamente fue remitido al Hospital Central».
Ya Otoniel tenía más malestar, más dolor. Lo llevaron a las 8:30 de la noche y lo dejaron en observación. “Estaba adolorido, con el estómago hinchado y no se podía abrochar el pantalón”.
Le hacen tratamiento y a la 1:00 de la tarde, mediante una llamada telefónica a un familiar les informan que el paciente había sufrido tres infartos. “Le vino el cuarto y se murió”.
Esa tarde del martes 6 de julio, su hijo Jorge Luis Silva comenzó los trámites para retirar el cuerpo. “El médico que atendió a mi papá me entregó una hoja con un escrito a mano, donde yo leí que la muerte fue por insuficiencia respiratoria aguda no covid y luego me lo certifica personalmente. Me dijo baje a piso uno para que le entreguen el certificado de defunción. Bajé entregué la hoja y yo no volví a ver mas esa hoja, es interna de ellos, de su control general”, expresó.
“Pero cuando voy a retirar el certificado se dicen otras cosas. El doctor que firmó el certificado, cuando fui a reclamarlo, en la hoja decía insuficiencia respiratoria covid. No sé qué pasó, porqué él quiso poner eso. Se equivocó. Que más podemos pensar que fue un equivocación”, dijo.
–¿Qué pasó con el cuerpo?
–El cuerpo no ha sido enterrado. Yo no volví más para el hospital. Pretendían que se debía enterrar a la manera de ellos. Yo fui a la funeraria, tratamos de cremarlo me dijeron que no se podía; entonces de enterrarlo y en el registro me dijeron que si se podía y luego que no. Fallan muchos los protocolos sanitarios a seguir para estos casos. Todo es puro dinero, para todo hay que pagar.
–¿La hermana de su papá es paciente covid, está infectada?
— A ella la iban a dar de alta pero cuando dio el apellido y la dirección de Madre Juana, por prevención médica la dejaron. Ya dicen que es paciente covid, pero no es así. Mi tía lo que tiene es un problema intestinal.