Marco Tulio Arellano
“¡Cristo es, sin duda, el paradigma del verdadero y auténtico revolucionario!:
El que es capaz de dar su vida por los demás, y sobre todo por los más débiles, los pobres, los que estuvieron excluidos, los que han sufrido la opresión y la explotación de una sociedad injusta”.
Hugo Rafael Chávez Frías
Como buen cristiano y andino, el padre Numa Molina puso la otra mejilla y ofreció disculpas a una jauría desatada quien vio la viga en el ojo ajeno pero no la del suyo.
La jauría de las redes arremetió contra el sacerdote católico por el sólo hecho de atreverse a calificar, la actitud de algunos venezolanos como irresponsables – la calificación es mía – y regresar al país por las trochas de Brasil y Colombia con el Covid- 19, contaminando a familiares, amigos y vecinos por haber obviado los protocolos de salud.
Es increíble como unos operadores virtuales – no tan casuales en las redes – se la pasan pescando cualquier error o buscándole patas al gato para luego arremeter y satanizar, no sólo a cualquier cristiano de nuestro país sino a quien tenga alguna relación o afecto con el chavismo y la Revolución Bolivariana.
Este furibundo comportamiento no es gratuito ni casual, sólo forma parte de una estrategia comunicacional la cual ahora se acrecienta, ante la proximidad de unas nuevas elecciones (6 de diciembre) para la AN en nuestro país y no se detendrá en sus ataques, porque así ha sido planificado por el imperio.
Lo ocurrido con el padre Numa Molina no es una simple coincidencia pudiera estar germinando una campaña de satanización. Detrás de los efectos mortales del Coronavirus, quien nos ha tocado al igual que a todos los países del mundo – como un enemigo invisible – y también en Venezuela.
Para combatirlo, el Gobierno del Presidente Nicolás Maduro inició con acierto e inmediatez y con unas características muy particulares, un plan para su combate que hasta la fecha ha dado sus frutos.
La acertada política del gobierno revolucionario comenzó a repercutir en la opinión pública mundial y ya se veían – hasta hace pocos días – sus consecuencias positivas en las cifras suministradas a la población.
Todo ello ocurría hasta que por arte de magia comenzaron a regresar al país – de manera masiva y compulsiva – una gran cantidad de compatriotas que habían emigrado pero ahora retornaban ¡oh casualidad! como portadores del Covid – 19 al país.
Las cifras han ido en aumento en Venezuela y los reportes del Gobierno y su comisión especial son conocidos diariamente a través de todos los medios de comunicación. En Venezuela hasta este lunes 20 de julio, suman 12.334 los casos registrados, 6.728 casos fuera de peligro y un aproximado de 116 personas fallecidas.
Muy a pesar de que no somos amigos de las comparaciones con otros países, sabemos cómo lamentablemente desde Brasil y Colombia – países hermanos – se incrementan exponencialmente los contagios con el virus que hoy acosa a toda la humanidad y arremete masivamente contra los venezolanos.
Mientras el Covid – 19 sigue su marcha con sus estragos; otro virus no menos peligroso, el de la guerra híbrida y calculada, es motorizado por el imperio norteamericano y se incrementa en la Patria de Bolívar.
El plan instrumentado por la Casa Blanca y el Departamento de Estado, cumple milimétricamente las acciones encomendadas por el presidente norteamericano Donald Trump a su lugarteniente Eliot Abrams, quien ya comienza a buscar sus aliados para su ataque contra Venezuela.
Los operadores se han activado por todos los medios de comunicación país y disparan sus misiles cargados de veneno y de fake news. Periodistas mercenarios, reclutados por la CIA cumplen su misión y reactivan su carga negativa contra la población venezolana.
Toda la acción del imperio contra la Revolución Bolivariana se aprovecha de la manera más descarada y cínica, de esta situación inusual y adicional como lo es el Covid- 19.
Es una pandemia de la cual ellos tampoco han escapado y los muestra hoy lamentablemente en el mundo, en un primer lugar de contagios. (OMS: 3.900.000 contagios y cerca de 145 mil fallecidos)
Mientras tanto, Indicadores económicos también reflejan un desequilibrio de la economía venezolana gracias a las sanciones, embargos y bloqueos impuestos a nuestro país por los EEUU.
A ello se suma el declive de nuestra industria petrolera con una baja producción, la cual no llega a los 400 mil b/d y se arrecia además, acompañada de una escasez de combustible para el parque automotor (gasolina y diésel), afortunadamente suministrado por el hermano pueblo y el Gobierno de Irán.
Mientras el juego geopolítico continúa en el escenario mundial, en el suelo venezolano se afinan los planes del macabro Departamento de Estado liderado por Mike Pompeo y secundado por Eliot Abrams, quienes están en una carrera contra el tiempo, ante la proximidad de unas elecciones presidenciales en los Estados Unidos.
Los cortesanos de Venezuela liderados por el adefesio de Juan Guido y sus adláteres, se desesperan ante el próximo escenario electoral. Los partidos de la oposición buscan capitalizar – en su desenfreno – hasta el propio Covid- 19 y echar la culpa al Gobierno del Presidente Nicolás Maduro.
Otra ficha que se activa es la Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU Michel Bachelet con sus adefesios y manipulados informes, mientras esperan resucitar en la OEA al cadáver insepulto Luis Almagro.
En el caso venezolano todos los actores buscan su espacio. La iglesia católica representada por la devaluada CEV, busca también resucitar y capitalizar la beatificación del “Médico de los Pobres” José Gregorio Hernández, conquista del pueblo y del actual Papa argentino Francisco.
Los ricos de la derecha venezolana quienes habían logrado elevar a los altares algunas monjas veneradas por damas de logias eclesiásticas, en tiempos del Papa Juan Pablo II, ahora querían impedir – tardíamente – la próxima llegada a los altares del Venerable José Gregorio Hernández.
En medio de este episodio, el “Papa Negro”, algunos jesuitas y curas renegados quisieran frenar el avance de la iglesia de los pobres en Venezuela, unida de manera ecuménica en tiempos de Revolución.
Uno de los protagonistas es sin lugar a dudas el padre Noma Molina, fiel discípulo de la escuela de Monseñor Arnulfo Romero, el “Santo de los Pobres” de El Salvador.
El trabajo del padre Numa en la iglesia venezolana, al lado de los humildes y con la venia del Papa Francisco, no ha sido visto con buenos ojos por algunos miembros – no todos – de la cúpula de la CEV.
Sólo basta recordar el papel asumido por prelados y cardenales en tiempos del Comandante Chávez, quienes se prestaron a una comparsa del fallido golpe de Estado con su presencia en La Orchíla y el mismísimo Ministerio de la Defensa, donde entregaron a los traidores al “Comandante Supremo” y Jefe de Estado.
Hoy se desesperan a espaldas del Papa Francisco y susurran la beatificación del Santo de los pobres, el hijo de Isnotú, pero en el fondo desearían como los “hipócritas y fariseos” que tal acto no se diera para seguir muy orondos, en sus palacios de mármol y bien alejados de los pobres.
La jauría seguirá con sus ataques a los curas de Parroquia y a los hermanos de las iglesias cristianas, acompañados de la CEV quien da la bendición a los impostores y celebran su misa encapillados, con los ricos, las señoronas y con los cipayos de la derecha.
A la cúpula de la iglesia católica venezolana no le agrada el trabajo de los misioneros de los pobres, quienes como el padre Numa Molina cumplen la misión de Jesús y por eso los atacan… ¡Protejámoslos ante el Coronavirus y también de los demás virus de las redes sociales!… ¡Amén!
2Amanecerá y veremos!