“La gente está muy contenta y espera el rosario y la misa, aquellos que acompañan desde las casas, para fortalecer la comunión eclesial”
Por Juan José Contreras
“Al orar se levanta la esperanza, los ánimos de salir adelante en medio de esta incertidumbre en la que está sumergida la humanidad”, dijo el párroco Melquiades Pérez.
La tradicional misa de las siete de la noche en la capital de Lobatera se había movido para las cinco de la tarde, hace unos meses, por los cortes de electricidad. Ahora, por la pandemia, los templos del país están cerrados. En esta localidad tachirense, llamada “la capital del mundo”, la palabra de Dios es difundida actualmente por los parlantes de la torre del reloj de la iglesia.
Las actuales circunstancias han llevado a adoptar medidas inéditas en todos los ámbitos. En cuanto a lo religioso, hasta la peregrinación al Santo Cristo de La Grita es virtual. Sin embargo, no todas las personas tienen acceso a Internet o dispositivos para visualizar estos contenidos. En ese sentido, con cornetas dispuestas en una de las torres, en Lobatera se reza el rosario y celebra la misa para que la población oiga desde sus casas.
La iniciativa de rezar el rosario y hacer difundir la misa por las cornetas de la torre de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá fue del joven Elvis Zambrano, quien es uno de los colaboradores del párroco Melquiades Pérez.
El pueblo de Lobatera tiene la característica de estar en el fondo de un valle rodeado de montañas. El sonido se encierra, de hecho se dice que en los días festivos los morteros no retumban en otro lugar como lo hacen en Lobatera, por el eco. Así, una narración por parlantes tiene gran alcance.
El párroco de la localidad, Melquiades Pérez, señaló que rezar el rosario y realizar la misa en estos tiempos es una forma de mantener ese contacto espiritual con el pueblo, “al orar se levanta la esperanza, los ánimos de salir adelante en medio de esta incertidumbre en la que está sumergida la humanidad”, acotó.
Si hay electricidad, a las 4:30 p.m. se reza el santo rosario, al terminar se inicia la misa que siguen los lobaterenses desde sus casas. Al padre Melquiades, aparte del joven Elvis Zambrano, lo ayudan Juan Arque y Vilma Zambrano.
En el caso de los domingos, si hay electricidad en la mañana, a las 10:00, se complementa la difusión de la torre de la iglesia con una transmisión por la emisora de radio y la televisora del pueblo; si no es así, la transmisión es por la tarde.
El padre Melquiades Pérez recalcó que la ayuda que se está prestando es espiritual. “La gente está muy contenta y espera el rosario y la misa, aquellos que acompañan desde las casas, para fortalecer la comunión eclesial”, y detalló que por medio de la misa se “lucha en contra de las tinieblas para que cada uno de nosotros pueda mantener esa esperanza de que detrás de la noche viene el día”.