Nacional
Colegio de Enfermeras en Bolívar: “La mayoría de nuestro personal en hospitales presenta sintomatología COVID-19 no confirmado”
21 de agosto de 2020
Ninguno de los hospitales consultados cuenta con protocolos de desinfección regulares por falta de insumos de limpieza o suministro de agua
El estado Bolívar es el sexto estado con más casos de COVID-19 en todo el territorio nacional. En el municipio Caroní se reporta la mayor cantidad de casos en la entidad y en los hospitales centinelas Uyapar y Dr. Raúl Leoni el personal sanitario no se da abasto.
En el hospital universitario tipo IV, Ruiz y Páez, de Ciudad Bolívar la situación se repite.
La escasez de personal sanitario se debe a que la mayoría ha presentado síntomas de COVID-19 que los funcionarios de salud atribuyen a la escasez de insumos de bioseguridad.
El personal sanitario, que en teoría no pertenece al área de COVID-19 -pero se ha visto en la necesidad de cubrir guardias en esa área por la disminución del personal- recibe poco material de protección. Personal de enfermería del Hospital Dr. Raúl Leoni reportó que, aunque el tapabocas de tela está contraindicado para trabajadores de la salud, deben usarlo como medida barrera para protegerse porque no hay suficientes mascarillas quirúrgicas o N95, y que pueden llegar a usar por casi una semana.
“Dentro de una institución todos son sospechoso de COVID-19 porque la mayoría de los contagios son comunitarios, en cualquier área clínica del hospital el personal tiene que tener sus insumos de protección”, recalcó la presidenta del Colegio de Enfermeras, Maritza Moreno.
Lo poco que han conseguido desde el inicio de la pandemia ha sido a través de donaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) e iniciativas de la sociedad civil. “Lo poco que hay se administra con criterio de escasez para el área COVID-19, pero para las otras áreas uno se las reinventa”, dijo.
El 14 de agosto, el enfermero Cleimer Forti falleció con sintomatología COVID-19. El licenciado no pertenecía al grupo de atención directa de estos pacientes, era parte del área de quirófano del hospital de Guaiparo.
“He tenido testimonios de enfermeras que han usado el mismo tapabocas por un mes y lo lavan ellas mismas a diario, quienes no están en el área COVID, pero igual son personal vulnerable”, expresó Moreno.
Médicos Unidos por Venezuela ha contabilizado al menos 67 trabajadores de la salud fallecidos con criterio de COVID-19, en parte, por falta de insumos de bioseguridad en los centros hospitalarios.
Hospitales en zona roja
En el hospital Ruiz y Páez de Ciudad Bolívar en todas las áreas del centro asistencial se habilitó un espacio para pacientes con sintomatología COVID-19, y la emergencia pediátrica y de adultos se destinó específicamente para este fin.
Aunque en un principio se designó un equipo entrenado para la atención de pacientes con COVID-19 en este recinto hospitalario, integrado por 10 enfermeras, tres médicos especialistas y cinco médicos residentes, todo el hospital está en zona roja, y quienes no pertenecen a esta área solicitan dotación de insumos de bioseguridad porque son vulnerables al contagio, y no se les prioriza de la misma forma.
“Sala de parto, cirugía, medicina general, nefrología, pediatría… se han presentado casos en todo el hospital, y estas áreas no están recibiendo la dotación necesaria para contener el virus”, manifestó el vicepresidente del Colegio de Enfermeras, y parte del personal de enfermería de la emergencia del centro médico, Camilo Torres.
Torres añadió que el 70% del personal sanitario presenta sintomatología COVID-19, de ese porcentaje, cinco médicos especialistas y dos enfermeras están con diagnóstico reservado, todos trabajan en servicios ajenos al triaje de COVID-19. “La mayoría de las enfermeras están haciendo una mascarilla de tela porque no hay más nada”, señaló.
El personal sanitario se ha movilizado para buscar donativos de la sociedad civil para insumos de bioseguridad y medicinas. “Hemos logrado conseguir un poquito de guantes, inyectadoras, tapabocas y overoles, es lo que seguimos solicitando, contamos con nuestras comunidades, con lo que esté al alcance de cada uno”, afirmó.
Torres informó que las pruebas diagnósticas escasean cada tres días, y no se les aplica la Prueba de Diagnóstico Rápido (PDR) ni la Prueba Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) al personal de salud con regularidad. “La mayoría de nuestro personal presenta sintomatología COVID no confirmado, porque no se les están haciendo las pruebas, hay escasez”.
Los trabajadores de la salud en Ruiz y Páez solicitan que se les suministre el tratamiento completo para el personal sanitario contagiado, la realización de pruebas PDR y PCR con regularidad, y un aumento en la dotación de insumos de bioseguridad para personal que no trabaja directamente en el área COVID.
Los insumos de bioseguridad enviados por la OPS a mediados de julio duraron una semana en la institución, desde entonces, no han recibido insumos del Ministerio de Salud. La escasez de insumos se ha subsanado en 20%, en un hospital que ya tiene las 45 camas ocupadas de pacientes, y al menos 20 trabajadores de la salud contagiados de acuerdo con Torres.
“Es una ayuda, más no va a resolver el problema, el problema tiene que resolverlo el Estado venezolano, ellos y no la ayuda humanitaria son los que tienen que resolver esto”, sentenció.
El enfermero relató que familiares de personal sanitario contagiado ha tenido que salir a pedir colaboración para insumos a través de potazos e iniciativas en redes sociales, y en otros casos, parientes cubren los gastos de tratamiento, insumos, laboratorio y tomografías en el sector privado. “Es difícil resolver esos casos porque el hospital no cuenta con los recursos para la atención, aunque debería hacerlo”.
Por años médicos y enfermeras de este recinto han denunciado la escasez de medicinas, y el cierre técnico del laboratorio por falta de equipamiento y reactivos. Un examen rutinario puede costar 12 millones de bolívares en el sector privado, de acuerdo con Torres.
Fuera de este recinto hay una carpa habilitada para la atención de pacientes con COVID- 19 con sintomatología leve y moderada o casos sospechosos y que están esperando un cupo para entrar al área de hospitalización. Aunque la permanencia en la carpa no debe ser prolongada por estar a la intemperie, sin aire acondicionado y con un servicio intermitente de agua potable, los pacientes deben pasar hasta dos días esperando un cupo dentro del centro asistencial.
Las autoridades niegan hasta ahora que los hospitales centinelas hayan superado su capacidad de atención.
Escasez de personal y deficiente protocolos de limpieza
Torres explicó que todo el personal sanitario está sobrecargado de trabajo porque deben relevar al personal contagiado, lo que incide directamente en las probabilidades de recuperación de un paciente hospitalizado. Para enfrentar la emergencia sanitaria también han tenido que recibir atención psicológica.
“El hospital se va quedando solo, hasta que se incorporen quienes estaban enfermos, nos vamos intercalando, se nos sobrecarga el trabajo: una enfermera trabaja por cinco enfermeras, el personal llega que ya no da más, que ya no aguanta, estamos apoyándonos con especialistas en salud mental por charlas de zoom”, relató.
En el hospital de Guaiparo la disminución del personal sanitario implica que dos enfermeras deban atender un promedio de 20 a 25 pacientes dentro y fuera de las áreas COVID-19, en turnos de 12 horas, así lo explicó Moreno.
“Ponte que hoy le tocó venir a cinco enfermeras, y solo dos llegaron a la institución, entonces yo tengo que buscar a las otras tres del área que está afuera para cubrir ese espacio”, dijo.
En una noche puede haber una enfermera para 20 pacientes en un área, sola. Aunque la contratación colectiva establece que el personal de enfermería debe descasar por 4 horas, muchas veces no es posible.
La escasez de insumos de limpieza como jabón, alcohol y cloro, también se suma al colapsado sistema de salud público, esto implica un deficiente protocolo de desinfección en medio de la curva de contagio exponencial del SARS – Cov-2, al que solo se le puede combatir con agua y jabón.
Moreno explicó que, en promedio, todas las áreas de un hospital deben limpiarse 3 veces al día, y que para ello deben usarse como mínimo 5 litros de cloro por cada turno de limpieza, pero en Guaiparo reciben una garrafa de 5 litros para cubrir la jornada de desinfección del día. “Deberíamos siempre tener una cantidad suficiente para uso continuo”, acotó.
En Ruiz y Páez la desinfección es más precaria, pues el suministro de agua es intermitente, por lo que se debe cargar agua por las escaleras. Los insumos de limpieza como jabón y cloro son igual de intermitentes, pueden llegar a escasear incluso por tres días, y cuando hay no cubre todo el hospital. “El sistema es inadecuado, no se tiene una limpieza correcta para evitar los virus y bacterias, cuando hay se limpia y cuando no… pues no se limpia, se ve la suciedad, se limpia hasta donde se puede, siempre hace falta, nunca es suficiente”, dijo Torres.
Para la novena semana epidemiológica, Venezuela presentó un aumento del 134% de casos de COVID-19, mientras tanto, personal sanitario continúa bregando con carencias por las que han protestado por más de 4 años sin ser escuchados.