Regional
Más de 3 mil prósperos comercios han sido cerrados en San Antonio
22 de agosto de 2020
El otrora próspero comercio de San Antonio del Táchira, hasta hace cinco años un referente nacional y binacional representado por unos 3 mil establecimientos, ahora está cerrado. Todo está acabado, arruinado. Los locales vacíos, las calles embasuradas, destrozadas y hasta con maleza creciendo.
José Roso, expresidente de la Cámara de Comercio de San Antonio del Táchira, y expresidente de Fedecámaras Táchira, resume así, el impacto generado por el cierre de los puentes fronterizos, en el área comercial del que fue llamado hasta hace cinco años principal puerto terrestre del país.
—Es oportuno que la gente sepa, dice Roso, que esto es el resultado de políticas ruinosas como es socialismo, el comunismo, cuyo objetivo es el empobrecimiento de la población, el igualitarismo en la miseria. Es el resultado de lo que se quería cuando se gritaba que había que destruir el capitalismo, la burguesía y que ser rico es malo. A esto, que estamos viviendo hoy, es a lo que se refería.
El cierre fronterizo por parte del régimen, dice el exdirigente empresarial, acabó con el tejido manufacturero, creador de riqueza y bienestar social. De ese sector no queda nada. 250 empresas de la confección están cerradas, sus trabajadores se fueron, unos terminaron como vendedores informales, otros fueron reclutados por las bandas criminales.
Igual ocurre con los otros sectores productivos, como el de las carrocerías, orgullo de la frontera y del Táchira, en el interior y fuera del país. El Central Azucarero está arruinado, luego de ser uno de los mejores centrales azucareros nacionales, que producía también uno de los mejores azucares de Venezuela. Sus trabajadores gozaban del mejor contrato colectivo, pero hoy la mayoría de sus trabajadores medio sobreviven.
Roso asegura que solo en el sector de carga pesada se perdieron 4 mil empleos directos; conductores, para quienes su camión era su instrumento de trabajo, están hoy en estado de pobreza. Ya algunos han muerto de melancolía, como decían nuestros abuelos. Otros vendieron sus unidades y ya no tienen nada.
—En el sector aduanero, agrega, que incluye empresas de transporte, almacenadoras y agencias de aduana, se perdieron 8 mil empleos. Para que tengamos una idea, el eje fronterizo aportaba al Seguro Social 25 mil trabajadores, que ya no existen como tales. El Seguro se afectó también, tanto que vinieron a verificar por qué se les había caído la recaudación, y los fiscales quedaron impresionados con el cementerio de empresas que encontraron.
Construyendo la nueva frontera
–¿Qué hacer?, se pregunta José Roso, amplio conocedor de la zona fronteriza. Estamos trabajando, al menos en lo personal, para diseñar la frontera del siglo XXI, que tendrá que ser distinta a la que nos ha traído hasta aquí. Será la frontera de la legalidad, del trabajo honesto; una frontera rica, segura y próspera, de Venezuela para los venezolanos, primero que todo.
Es, señala con esperanza y plena seguridad, una ingeniería para una nueva frontera en lo económico, en lo social, en lo político y en la seguridad.
Humberto Contreras