Como era de esperarse, este sábado, las actividades comerciales, en otra semana de cuarentena rígida, bajaron ostensiblemente; sin embargo, los negocios autorizados a laborar esperaban que, al menos el “sábado de mercado”, trajera un flujo de compradores, pero este no apareció.
Así se vio a lo largo de las avenidas García de Hevia e Isaías Medina Angarita (Quinta y Séptima), e incluso en los alrededores y dentro de la Villa de los Buhoneros, punto de mayor concentración de personas y vehículos.
Dentro de la Villa, los requerimientos preventivos ante la pandemia se cumplían, y en parte esto era facilitado por la baja afluencia de compradores.
En distintos puntos del centro se establecieron los carretilleros de verduras, quienes reportaban un sentir general, de malas ventas, pese a que los sábados, muchos compradores por unas horas hacían un alto en el confinamiento para “buscar la comida para la casa”.
De hecho, los “carritos” de los compradores que por el centro rodaban mostraban cantidades muy discretas de productos.
Esto se puede adjudicar por supuesto a que a medida que suben los casos de covid-19, los temores a exponerse por parte de la población son mayores y se prefiere buscar lo necesario por los alrededores de sus casas.
Sin embargo, otro elemento se relaciona con el bajo poder adquisitivo del tachirense. El vendedor Yosman Zambrano se ha convertido casi en el muro de lamentaciones de sus clientes, quienes le dicen que, ni aun con divisas, no alcanza para hacer compras.
—La gente dice que, a pesar de estarse moviendo la plata extranjera, eso no alcanza para nada. A mí me llegan con dólares y uno les saca las cuentas y se quejan. Ni que le manden a uno dólares de afuera, te dicen que eso no alcanza.