Después de dos décadas defendiendo la camisetaa azulgrana el astro argentino no quiere seguir tras varias temporadas de derrotas estruendosas en Europa
Barcelona, España | AFP | Lionel Messi lanzó la bomba: después de dos décadas defendiendo la camiseta azulgrana, el astro argentino comunicó al Barcelona que quiere irse «unilateralmente» del club tras varias temporadas de derrotas estruendosas en Europa.
La noticia se venía especulando desde el doloroso 8-2 encajado en cuartos de la Liga de Campeones contra el Bayern de Múnich, colofón final de una temporada aciaga en la que el argentino de 33 años se había mostrado decepcionado por el proyecto deportivo azulgrana.
Y a través de un burofax enviado por sus abogados, Messi confirmó su voluntad «de rescindir unilateralmente el contrato», indicó a la AFP un portavoz del FC Barcelona.
Según esta fuente, el astro se habría acogido a una cláusula incluida en su contrato por la que podía pedir irse libremente del Barcelona a final de temporada pero ésta «caducó el pasado 10 de junio».
Por lo tanto, «el club considera el contrato plenamente vigente hasta el 30 de junio del 2021», añadió.
La prensa deportiva española, así como el diario argentino Olé que avanzó la noticia, esto podría suponer el inicio de una batalla legal dado que la pandemia del coronavirus alteró el calendario de la temporada, que terminó con dos meses de retraso respecto a lo previsto.
Tras conocerse la noticia, en las inmediaciones del Camp Nou se reunieron unos 100 aficionados para protestar contra la directiva con gritos de «Bartomeu dimisión» y «Messi quédate».
«No me lo creo. No puedo asimilar que se va. Quiero pensar que es un pulso contra la directiva para que Bartomeu se vaya», señaló Rubén Tejero, de 28 años y el 10 de Messi a la espalda.
Nesi Laros, un estudiante israelí de 30 años, tampoco salía de su estupefacción: «Me he quedado sin palabras. Estuve actualizando la página todo el rato para ver si lo rectificaban, por si era falso».
‘Más fuera que dentro’
Después de meses mostrando públicamente su descontento con el rumbo de un club en ruinas y en una temporada catastrófica tanto deportiva como en las oficinas, con múltiples discordias entre la plantilla y la directiva dirigida por Josep Maria Bartomeu, Messi pasó a la acción.
El detonante parece haber sido la derrota ante el Bayern de Múnich, el enésimo fracaso en la Liga de Campeones después de las eliminaciones ante el Liverpool, la Roma o la Juventus en los años anteriores.
El seis veces ganador del Balón de Oro habría expresado sus dudas en una reunión la semana pasada con el nuevo entrenador Ronald Koeman, a quien habría asegurado que se veía “más fuera que dentro” del club, según la prensa deportiva española.
El envío del burofax se produce apenas un día después de que Koeman, a quien han encargado una profunda renovación de la plantilla, comunicara al delantero uruguayo Luis Suárez, íntimo amigo de Messi, que no contaba con él para la próxima temporada.
Las reacciones no se hicieron esperar. “Respeto y admiración, Leo. Todo mi apoyo, amigo”, tuiteó el excapitán azulgrana Carles Puyol, un mensaje respondido con ‘emojis’ de aplausos por Luis Suárez.
Otro de los descartes de Koeman, el chileno Arturo Vidal, escribió: “Cuando acorralas a un tigre, él no se rinde. Pelea”.
¿El fin de una historia de amor?
Si se confirma la marcha, será el fin de una larga historia de amor entre la Pulga y el Barça: llegado al club en 2000 con 13 años, Messi creció en uno de los clubes más prestigiosos del mundo para terminar convirtiéndose en el “mejor jugador de todos los tiempos” como afirman en Barcelona.
También es un terremoto para el planeta del fútbol, donde se antoja complicado imaginar al astro argentina defendiendo otros colores.
Las negociaciones alrededor de su astronómica cláusula de liberación de 700 millones de euros (828 millones de dólares) serán decisivas para una eventual salida del club, como fue el caso del traspaso de su eterno rival portugués Cristiano Ronaldo del Real Madrid a la Juventus de Turín en julio de 2018.
Según la prensa especializada, tres clubes tendrían recursos para abordar el fichaje del argentino: el París Saint-Germain, el Inter de Milán y el Manchester City, dirigido por Pep Guardiola, el entrenador que hizo explotar el rendimiento de Messi.
En Argentina la noticia sobre el capitán de la selección albiceleste cayó como una bomba y casi todos los cañones apuntaron contra Koeman.
“La frase de Koeman que alejó a Messi fue ‘que se terminaron los privilegios en el plantel, que hay que hacer todo para el equipo” y que será “inflexible”, dijo el diario deportivo Olé.
Los medios generalistas del país sudamericano suprimieron sus titulares principales dedicados habitualmente a hechos políticos para reemplazarlos, con gran despliegue, por el portazo de Messi al Barça.