El teatro tachirense y la promoción social perdió en la ciudad de Bogotá, Colombia, a un ejemplo de superación personal: Francisco Solares.
Con un dolido mensaje en el Facebook, su hija Niyu Solares manifestó que “me enseñaste a ser una guerrera y me apoyaste tanto en la vida, y me apoyaste tanto. Recordará tus chistes, como nos consentías, que dolor tan grande me dejas papá, y si volviera a nacer te volvería a escoger como mi papi, como mi viejo lindo, me siento orgullosa de ti, del legado que nos dejaste”.
Con su teatro infantil El Puentecito, reivindicó desde el año 1991 a niños que vivían en sectores populares de la capital tachirense.
Por ellos dio todo: no solo una oportunidad para destacarse en el mundo del teatro participando en diversas giras por todo el país, sino también entretenimiento, y asistencia social.
Su jovialidad y optimismo marcó una profunda huella, entre quienes hoy lamentan su partida. Un terrible accidente en el que recibió una fuerte descarga eléctrica y que dejó graves secuelas en su cuerpo, no lo postró, sino por el contrario reavivó una voluntad de lucha, echando mano de lo que el más amaba: el teatro.
Fue un ave fénix que salía fortalecido en cada reto que la vida le impusiera, como pueden constar todos los amigos de la cultura que compartieron luchas en la difícil reivindicación de las artes en nuestro estado Como nos recordó el periodista Víctor Matos, testigo de primera mano de su crecimiento como artista y persona, Solares fue dramaturgo infantil con más de 14 obras de su plena autoría, y con su agrupación llegó a tener hasta 150 presentaciones por año.
Todo comenzó con funciones navideñas, que por lo general siempre involucraba a infantes; pero la gran recepción que las mismas tuvieron, llevó a la agrupación más allá de su primer escenario, bajo el Viaducto Viejo, en el barrio 8 de Diciembre, e incluso de su estado, obligó a contar con un repertorio propio de la pluma de Solares.
De ella brotaron piezas que si bien estaban basadas en un repertorio muy universal, les imprimía un toque de comicidad muy característico: Los Tres Cochinitos, Blanca Nieves y los 7 enanitos, Tío Tigre y Tío Conejo, La Hormiguita y Ratón Pérez, así como La Cenicienta, Quiero ser Rey, Pacho sueña ser Bolívar, Pachito sueña ser torero y Pachito del Ocho.
Como escribiría Matos “Francisco Solares dio alimentación, albergue, tranquilidad, y logró una buseta para llevarlos, primero, por todo el estado y luego por el resto del país, en un alarde de crecimiento, cosechado con aplausos en cuanto escenario se presentaban”
Por sus méritos fue reconocido con el Premio Estímulo Nacional “Jorge Luis Morales”, del Teatro Juvenil de Venezuela, la orden “Manuel Felipe Rugeles”, de la Gobernación del Estado, y la Orden Mérito al Trabajo, en segunda clase, otorgada por la Presidencia de la República, entre otros.
Su unidad móvil se hizo muy famosa por toda San Cristóbal, y hasta prestó en muchas oportunidades apoyo a las reinas de la Feria de San Sebastián. Un hombre muy unido al equipo reporteril de nuestro medio al que siempre recurría para la promoción de sus actividades culturales, desde Diario La Nación dirigimos nuestro más profundo pésame a su familia, y hacemos votos porque el Creador lo reciba en su seno.
Freddy Omar Durán