JUAN CARLOS I, rey de España, abdicó en favor de su hijo, el hoy Felipe VI, y desde ese momento, su persona se derrumbó y la aureola que había creado históricamente, como el defensor de la nueva democracia en la península, se ha ido desdibujando a raíz del descubrimiento de malos manejos por sobornos, ya en su tercera edad, que bien podría estar celebrando por sus funciones de soberano tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975…AL REY EMÉRITO se le acusa de haber recibido unos 100 millones de euros de los Emiratos Árabes, lo que obligó a su sucesor a desconocer cualquier herencia y por lo que tuvo que salir del país Juan Carlos, rumbo a Dubái, según las noticias recibidas hasta ahora…ESTE TRISTE episodio marca la debilidad del hombre llevado por la ambición y la avaricia, pues a sus años, el octogenario rey no tenía por qué caer en provocaciones económicas, aseguradas por el estipendio que recibe la corona española para su manutención…MUCHO SE ha especulado sobre este escándalo que en el país ibérico se ha solapado por las noticias de la pandemia, pero que ha dejado a nivel internacional un mal sabor sobre la vigencia del sistema monárquico que en España otorga al rey poderes de jefe de Estado, pues es el Presidente el que es elegido por el pueblo, mientras este proviene de una dinastía, de los Borbones, y que por lo tanto es hereditaria…UNA LÁSTIMA que quien hubiese quedado para la historia como “padre de la democracia” en España, haya sucumbido al vil metal, destrozando el sentido de familia y que tenga que huir para asilarse lejos de la patria que tanto ayudó en reconstruir luego de la desaparición de la dictadura franquista…UN MAL QUE AZOTA al mundo, es verdad, pues la corrupción es una mancha que se desparrama como aceite en el océano en numerosos gobiernos del mundo, siendo los más afectados los países más pobres en los cinco continentes, mal que al parecer está dentro de la naturaleza humana, y lo que es peor, que muchas veces se esconden, no se castigan, y los infelices depredadores del tesoro público se engolosinan ante la incapacidad de devolver los dineros mal habidos y de burlarse así del esfuerzo de sus connacionales…ESTAMOS PUES dentro de esta calamidad moral en donde pocos o nadie se salva, pues actos de corrupción se han descubierto hasta en el Vaticano, en las cúpulas políticas más respetables y hasta en los estratos más bajos, que ven en el dinero la visa para un vivir mejor a costa de la miseria de sus congéneres. Una verdadera pandemia ante la cual aún no existe vacuna para extirparla.
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Y ESTO, es todo por hoy
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MENTIRAS universales:
“Nadie estará contra mis principios”
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DIOS los bendiga…¿Saben?
VÍCTOR MATOS