LA PALABRA GAS se está convirtiendo en tabú en numerosos condominios de la ciudad, pues el combustible doméstico no llega a muchos edificios de propiedad horizontal desde hace más de cuatro meses, a pesar de las promesas de su distribución, que no se cumple y ante la desesperación de las amas de casa, que han tenido que acudir a las cocinillas eléctricas para preparar el menú familiar…PERO, ADEMÁS de esta tortura, se suman los constantes apagones, que impiden comer a las horas establecidas y son tan recurrentes que ya nos estamos acostumbrando a esta fatalidad y, lo peor, a resignarnos, pues los mismos no solo dejaron de ser noticia, sino que ni la empresa encargada, Corpoelec, siquiera se molesta en enviar algún comunicado justificando tal deficiencia…A ESTA CALAMIDAD, por cierto se suman la falta del transporte público, la escasez de la gasolina, la crisis del agua, la carestía de los artículos de primera necesidad, el cierre, semana por medio, de las oficinas bancarias, la inflación galopante, la falta de circulación del bolívar, y esto sin nombrar la pandemia del coronavirus que nos tiene a todos angustiados, esperando que la anunciada aparición de la vacuna para finales de este o principios del año próximo nos llegue para mitigar tantas faltas en nuestra calidad de vida…PERO, LEJOS de acometer esfuerzos para aliviar esta situación, ahora nos envuelven con el frasco de las elecciones parlamentarias, como para distraernos un poco y volver a ser testigos de las peleas intestinas, tanto en el oficialismo en como lo que queda de la oposición organizada…YA EMPEZARON  las preocupaciones por los lanzamientos de los candidatos a la Asamblea Nacional, las disputas por participar o no hacerlo en el proceso del 6 de diciembre, y se esgrimen por otra parte solicitudes de postergación de la fecha señalada, desmembración de la esperanza de un cambio político, y la aparición de un ángel salvador que nos devuelva la sonrisa, que hace dos décadas exhibía el venezolano…MIENTRAS  se discute si se va o no a los comicios de diciembre, la gente se olvida que, una vez que salgamos de este covid-19, las sociedades en el mundo serán distintas, pues tendrán que reconstruir sus economías, redimensionar sus empresas y ampliar el campo del trabajo y la producción, y al parecer por ese camino, entre los más lentos en transitar, estará nuestra querida Venezuela, cuya principal empresa, la del petróleo, está al borde del colapso, en donde la industria se encuentra semiparalizada y en donde las oportunidades de superar estos crudos momentos se ven cada vez más lejanas.

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Y ESTO, es todo por hoy

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MENTIRAS universales:

“Después del 6 de diciembre todo será diferente”

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DIOS los bendiga…¿Saben?

VÌCTOR MATOS