Regional
Aflicción, impotencia y miedo deja el fallecimiento del doctor Luis Díaz
7 de septiembre de 2020
Nancy Porras
Por más de tres semanas batalló contra el covid-19, en una sala en la que ayudó a muchos contagiados como médico intensivista
Luego de batallar contra el covid-19 por más de tres semanas, falleció el doctor Luis Fernando Díaz, médico internista, único intensivista del Hospital Central, quien con gallardía asumió el ingreso de los pacientes contagiados por el coronavirus al primer centro de salud del estado.
Murió a las 12: 04 minutos de este domingo, en el Centro Clínico, centro adonde fue trasladado el viernes, en horas de la mañana, e ingresado a la Unidad de Cuidados Intensivos, luego de permanecer por tres semanas en el Hospital Central.
El siete de agosto, un médico informó -vía redes sociales- que el doctor Luis Díaz, de 54 años, acababa de ingresar en horas de la mañana a la Unidad de Cuidados Intermedios del Hospital, especialista que desde principios de esa semana estaba en aislamiento domiciliario.
—Era un médico incondicional, caritativo, humilde, excelente profesional. Nunca tuvo un no para nadie, dispuesto a servir a los pacientes las 24 horas del día—, así lo definieron los profesionales de la Medicina que lo conocieron y que mantuvieron hasta lo último las esperanzas para que el doctor Díaz se recuperara.
El doctor Luis Díaz también fue un defensor de los derechos humanos, dentro de sus herramientas de trabajo, que era la Medicina.
Estuvo en los grupos de galenos que trabajaron para combatir la crisis humanitaria e hizo llamados para que se dotara de equipos de bioseguridad al personal del Hospital Central.
Quienes lo conocieron, como internista e intensivista en el primer centro asistencial del Táchira, dicen que el doctor Luis Díaz no dejaba morir a un paciente por falta de medicinas o insumos, pues pedía auxilio y siempre alguien respondía a su llamado; un ejemplo fue hace un año, cuando tenía una niña en UCI luego de complicarse por una mordida de culebra, tocó todas las puertas posibles para conseguir el suero antiofídico y lo consiguió, salvándole la vida a la adolescente.
Hoy la muerte del doctor Luis Díaz aumenta el silencio, la aflicción, la impotencia y el miedo de los profesionales de la Medicina, también seres humanos, a quienes los aturde la incertidumbre de no saber qué más puede traer consigo el covid-19 a la humanidad.
El gremio de médicos, así como otras agrupaciones, personal de enfermería, se unieron a las palabras de dolor por el fallecimiento del doctor Díaz.