Farándula y Espectáculos
Francisco Solares, la historia que hizo posible el Diario La Nación
9 de septiembre de 2020
Conocí a Francisco Solares en los años 90, en una de tantas casualidades, o causalidades, que la vida depara.
El Ateneo del Táchira había convocado el I Foro por la Cultura Tachirense y esta casa, que tantas ideas y sueños ha cobijado, reunió a la intelectualidad del estado e invitados nacionales para dialogar sobre políticas culturales y de esos sueños que poetas, escritores y artistas en general conocen muy bien.
Cuando el evento se despedía con aplausos, de manera imprevista, un hombre delgado, pero seguro de lo que hacía, subió al escenario con muchos niños de pechos descubiertos.
No estaba invitado al foro; sin embargo, se invitó por cuenta de sus ilusiones y allí, delante de la intelectualidad tachirense y de personalidades venidas de otros lugares, explicó: “Estos son los descamisados; los niños para quienes no hay cultura
“; y acto seguido, razonó por qué era necesario llevar las expresiones culturales a los barrios y devolverles la esperanza a quienes ayer, como hoy, son el presente y el futuro: nuestros niños.
El nombre de esa persona se escribe hoy en tiempo pasado. Ya no está aquí porque la muerte, que siempre tiene la última palabra, se lo llevó: Era Francisco Solares, el fundador del grupo de teatro El Puentecito.
Me acerqué, hablamos de su proyecto, y le ofrecí lo que en ese momento podía darle: un espacio en el Diario La Nación, esta, mi primera casa periodística.
Francisco Solares llegó a la Redacción a la tarde siguiente, acompañado de los niños, los futuros integrantes del grupo de teatro El Puentecito, y dulces suficientes para obsequiar a periodistas y fotógrafos, conmovidos con la alegría de los niños, residentes del barrio 8 de Diciembre, justo, como bien se sabe, situado debajo del viaducto que sirvió para nombrar al grupo.
Una página completa, publicada en el Diario La Nación, fue el comienzo de una larga y emotiva trayectoria que el periódico siempre supo acompañar.
Francisco Solares era un hombre con la ilusión de convertir el teatro en una manera de dar sentido a las vidas difíciles de los niños del barrio 8 de Diciembre.
No era un político; tampoco un economista o un dirigente empresarial. Era un hombre sencillo y el Diario La Nación, como casa editorial y equipo, creyó justo darle un espacio, con lo cual se demuestra que ninguna historia ni ideal es pequeño y cuánto bien hacen los medios si respaldan causas justas.
Ese primer reportaje permitió que las personas conocieran y se conmovieran con el proyecto cultural de Francisco Solares.
Cada semana, en el Diario La Nación, se anunciaban los progresos de El Puentecito, la cartelera de presentaciones y sus éxitos.
Incluso, este medio elevó la voz cuando la falta de apoyo lo obligó a dejar a un lado esta obra que tanto amó.
Ahora, con su despedida terrenal, no le han faltado palabras de cariño y recordatorio desde la Redacción, prueba de la lealtad del Diario La Nación con un proyecto cultural que hizo posible poner a andar.
Agradezco, desde este espacio, que la vida me encontrara con Francisco Solares, ese día de su inesperada “puesta en escena”, pero ante todo celebro la pertenencia amorosa, a pesar de la distancia, a una casa periodística como el Diario La Nación, que fiel a la humana misión del periodismo creyó en la historia de una persona sencilla y la acompañó hasta al final a construir su sueño.
Violeta Villar Liste