“¿CUÁL DESPERTAR, si estamos ante una revolución bonita que cada día se pone más fea?”, me escribe un acucioso lector, pues al parecer estamos construyendo pacientemente un sereno monumento a la angustia permanente, en donde lo más malo está por venir, por cuanto lo peor será cuando no sepamos de qué manera salir del hueco económico en el que nos estamos hundiendo… NOS RESISTIMOS a la complacencia de la resignación, anotándonos en esta nómina del desastre en donde todos, ricos y pobres enfrentamos el terror que experimenta una adolescente secuestrada… ESTAMOS PUES sobreviviendo en este diciembre inédito en donde un pan cuesta 3 mil bolívares bajo un optimismo triste, o queremos acudir a la hipocresía de un pesimismo alegre, amaneciendo con un humor más frío que el hielo, o bajo el furor melancólico de que no hay nada más que hacer, que tenemos que bajar los brazos, el mirar sin ver, el escuchar sin oír, el callar sin saber lo que nos espera… ALGUNOS SE DAN el lujo de salir de casa con una sonrisa, pero una cosa es la risa y otra es la alegría, por más que recordemos al escritor Jean Duché: “Solo la enfermedad (a veces) y la muerte (siempre) justifican la tristeza”, pero es que seguimos siendo víctimas de un bombardeo de circunstancias que no nos dejan margen sino para aplaudir a quienes en estampida se van del país en busca de nuevos horizontes… SOBRE ESTO y aquello, el periodista, locutor y abogado Eduardo Rodríguez Golliti, que estuvo la semana pasada en San Cristóbal, describió a la ciudad como castigada por la indolencia, humillada por demás, y puso como ejemplo las colas interminables para la gasolina, las extraordinarias filas para poder comprar 2 kilos de harina Pan, el deambular de sus habitantes entre la basura, topándose con carnicerías donde no hay carne, farmacias sin medicinas, supermercados sin leche, azúcar, arroz, aceite. En suma, envuelta en un caos total… INCLUIMOS EN ESTA interminable lista a la odisea de los jubilados y pensionados, a muchos de los cuales no les dan más de 30 mil bolívares en efectivo, como el caso del Banco de Venezuela antier, motivo de múltiples quejas, por cuanto con esa suma no se puede comprar ni un kilo de arroz, ni de azúcar, ni aceite, ni nada… LO DE RODRÍGUEZ  en su espacio matutino A Tiempo por IVC de Inter a las seis y media de la mañana, es una alarma y para él un escándalo, que por aquí lo venimos padeciendo hace años, como si esta fuera una tierra arrasada, de todos y de nadie, que no tiene dolientes, castigada, no de ahora, si en casi dos décadas por razones que escapan a cualquier capacidad de cálculo, pues que sepamos, las penas o son divinas, naturales o de guerra. No hay derecho.

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Y ESTO, es todo por hoy.

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MENTIRAS Universales:

“Estamos en el mes de la plena felicidad”.

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DIOS los bendiga, ¿Saben?

VICTOR MATOS