«Con gran dolor debo comunicar que el padre Edixsandro Morán, párroco de la iglesia Santo Domingo de Guzmán (iglesia El Ángel), acaba de fallecer; estuvo hospitalizado y no pudo superar su enfermedad. Expreso mis fraternas condolencias y las del presbiterio diocesano a la Orden de Predicadores y a sus familiares. Creemos en la resurrección y pedimos al Dios de la vida lo reciba en su Reino y pueda participar en el banquete del Cordero Pascual que tantas veces celebró anticipadamente entre nosotros. Dios premie sus afanes ministeriales”.
Con estas palabras del obispo de la Diócesis de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta, la feligresía recibió la sentida noticia de la desaparición física de un joven sacerdote, quien se supo ganar a los feligreses de San Cristóbal y otras poblaciones del estado Táchira, por su carisma y evangelización al llevar la palabra de Dios.
Fray Edixsandro Morán, de 35 años de edad, en la actualidad y 4 años de ordenado, llegó al Táchira en el año 2018, como sucesor del padre Avelino Galendes, para asumir el compromiso de ser el párroco de la concurrida iglesia El Ángel en Barrio Obrero.
Algunas de las personas que le conocieron, periodistas, servidores de este templo, músicos y principalmente sus compañeros parroquiales, los sacerdotes dominicos, Benjamín, Antonio, Jesús María y José Gregorio, expresaron su más profundo dolor por tan lamentable momento; pero, al mismo tiempo, indicaron que en su paso por la vida sembró su enseñanza a través de su testimonio espiritual, evangelizador y su entusiasmo de ser iglesia en la calle.
Fray Edixsandro nació en Maracaibo, estado Zulia, y llegó hace dos años luego de hacer su labor pastoral en Barquisimeto, estado Lara. Aquí, en San Cristóbal, le dio un vuelco a su parroquia en varias de las fiestas religiosas, llevando su mensaje a las diferentes barriadas y urbanizaciones que cubre la iglesia Santo Domingo de Guzmán.
Preparaba la Semana Santa, junto a su equipo de sacerdotes y feligreses, se trasladaba a los diferentes sectores a llevar la palabra de Dios; se hacía el viacrucis todos los viernes, donde participaban los habitantes de los distintos sectores y, durante la Semana Mayor, el compromiso del pueblo se hacía sentir.
En diciembre innovó con las posadas, previas a las misas de aguinaldo, las cuales se realizaban a las 6:30 de la mañana, con la alegría y el sentir de todo aquel que asistía a escuchar sus homilías, que según sus fieles seguidores le salían del corazón y la música, que como buen zuliano disfrutaba en cada eucaristía y actividad parroquial.
Con un carácter firme en sus decisiones, pero con una vocación plena y fraterna, Fray Edixsandro luchó, batalló con su enfermedad, con devoción y entrega espiritual. Hoy queda en cada feligrés el mensaje de un buen pastor que entra con amor al Reino de Dios. Paz a su alma.
María Teresa Amaya