Tránsito fluido por el Simón Bolívar
22 de noviembre de 2024
Humberto Contreras
Cerca de 50 mil apagones se han registrado formalmente en todo el país, en el transcurso de los primeros siete meses del año. Según una información emitida por el Comité de Afectados por los Apagones, fueron exactamente 48 mil 659 fallas eléctricas en todo el país, un incremento de 13 % con respecto a los contabilizados en 2019.
Portuguesa, Apure, Mérida, Zulia y Táchira, son los estados que, según el registro que la organización adelanta, han sido los más afectados. Pero parece que el número de fallas que se viene padeciendo tendrá un incremento importante para esta etapa final del año, si tomamos en cuenta la ingrata experiencia eléctrica que vienen padeciendo en los últimos días las comunidades tachirenses, que sienten con mayor frecuencia y duración la calamidad en el servicio, sin que haya explicaciones oficiales convincentes.
La crisis socioeconómica y humanitaria que vive el venezolano se ha intensificado con el ya inocultable colapso del sistema eléctrico. En marzo de 2019, el país vivió varios apagones, incluido el de cuatro días de duración que afectó a todo el país y, de acuerdo con algunos técnicos conocedores de la materia, todo indica que podrá repetirse en los próximos meses, ya que, aseguran, aún no han llegado los repuestos para resarcir los daños que sufrieron los equipos en ese entonces.
José Aguilar, ingeniero venezolano especialista en la materia, en declaraciones dadas al portal informativo voa.com, indica que el sistema eléctrico tiene un grave estado de agotamiento en todas sus fases operativas: generación, transmisión, distribución y comercialización, debido principalmente a negligencia operacional y administrativa, básicamente por falta de mantenimiento generalizado.
Las condiciones operacionales y de mantenimiento en este momento son precarias, dice el ingeniero. Explica que el pronunciado deterioro por la no aplicación oportuna de los programas técnicos de mantenimientos en la infraestructura eléctrica de plantas, subestaciones eléctricas y redes en general, tiene al servicio eléctrico en situación extrema.
—En algunos casos, dice, ya no se puede hacer ni los mantenimientos requeridos, en su mayoría ya pasados de tiempo, por lo que no se pueden tolerar más fallas, ya que eso traería como consecuencia restricciones mayores que las actuales, para la continuidad del servicio.
¿Otro megaapagón?
El ingeniero Aguilar lamenta que esta sea “una realidad que se le oculta a la sociedad”. Y advierte que, según las actuales condiciones, un megaapagón podría ocurrir de nuevo, y pronto, asegura, al señalar que la mayoría de los que han ocurrido se deben a la negligencia operacional del personal encargado, por abusar de los límites de operación segura de la red.
Adicionalmente, considera el experto que, contrario a lo que ocurrió en otros países, donde la pandemia redujo la demanda eléctrica, en Venezuela, en cambio ahora, “hay más gravitación hacia la carga del sector residencial y pese a que el país, para atender esta demanda, cuenta con el triple de capacidad instalada en megavatios, es incapaz de enfrentarla por la altísima disponibilidad, tanto de las plantas eléctricas como de la red de transmisión y distribución”.
(Como dato informativo, la demanda máxima actual está en el orden de los 10.000 Megavatios (MW), y la capacidad instalada es del orden de los 34.000 MW).
Finalmente, dice que esta época de verano, cuando el calor es más intenso, causa que los equipos y las plantas eléctricas se recalienten, especialmente las de tipo térmico, por su casi inexistente mantenimiento. Señala que esto produce menos energía, por lo que no se puede aumentar el servicio y eso hace crecer la brecha entre la oferta y la demanda, lo cual impacta la situación deficitaria que impone el racionamiento, a modo de tratar de evitar el colapso del servicio.
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