Como “una pesadilla de nunca acabar” es catalogada la crisis eléctrica por los habitantes del sur del Táchira, quienes soportan el recrudecimiento del racionamiento eléctrico, que trae consigo pérdidas económicas, perjudica a los emprendedores e, incluso, afecta la salud psicológica de estas poblaciones.
“Lo del racionamiento eléctrico ha empeorado en estos primeros días del mes de octubre, de un modo tan cruel que conozco vecinos que han perdido lo poco que compran porque son tan largos y seguidos los apagones que las neveras no tienen tiempo de congelar”, sostuvo Carlos Gil, habitante de Naranjales, en el municipio Fernández Feo.
Vecinos de sectores como San Lorenzo, perteneciente a la parroquia Santo Domingo del referido municipio, reportan que en algunos casos, cuando restablecen el servicio, una fase permanece caída, por lo que los electrodomésticos no arrancan.
“En San Lorenzo, el racionamiento eléctrico en los últimos días se ha agudizado de manera terrible. Más de 12 horas sin luz al día y cuando nos toca el bloque de energía eléctrica, llega muy bajita. Esto nos daña los equipos, y Corpoelec no va a responder por ellos”, apuntó un vecino.
Coinciden los habitantes de San Rafael de El Piñal en que las pérdidas económicas son grandes con este racionamiento, pues el fluido eléctrico es esencial para los pequeños y grandes emprendedores.
Por lo tanto, exigen al ministerio en cuestión y al Gobierno nacional buscar una solución efectiva y a corto plazo a esta problemática, que para estas poblaciones constituye una gran piedra de tranca para seguir adelante.
Raúl Márquez