Con esperanza y optimismo, los comerciantes tachirenses que sobreviven en esta crisis pandémica esperan la temporada decembrina, que podría resarcirles en gran parte la crisis padecida este año, basados en que siempre, en años anteriores, pese a todo, la demanda de bienes en esos días, tradicionalmente muestra crecimiento.
Tal posición se desprende de las declaraciones dadas por el presidente de la Asociación de Comerciantes y Empresarios del estado Táchira, Aceta, Pietro Cennícola, al momento de exponer la evaluación efectuada hasta el recién terminado mes de octubre, del programa institucional Táchira: Retos y Oportunidades.
— Hay que decir que nosotros estamos acostumbrados a ver cómo, precisamente, la gran actividad de la temporada navideña es la que para muchos de los sectores económicos salva el año, por decirlo así, dijo Cennícola.
Agregó que este año, por el tema de la pandemia, “suponemos que vamos a tener un 2020 un poco difícil, para efectos de la generación de ingresos; sin embargo, afrontamos esto con esperanza, y estoy seguro de que muchos se están preparando para tener una actividad decembrina, comercialmente, lo más positiva posible”.
Con respecto al programa Táchira: Retos y Oportunidades, dijo que es importante evaluar lo que ha sucedido en este mes de octubre, relacionado con la actividad económica, vinculada con esta situación, y con el programa que se ha establecido de flexibilidad (7X7), y sus efectos en las actividades comerciales.
En ese sentido, es importante destacar que las empresas tachirenses están cumpliendo con los protocolos de bioseguridad establecidos, que además de ser obligatorio, es también loable. Debemos señalar, explica, que nuestros consumidores, la población del estado Táchira, ha asumido también esta situación con mucha seriedad, y realmente las personas están cumpliendo con las normas, lo que es muy importante.
Esperan pronto retorno a la normalidad
Dijo el presidente de Aceta que, “si bien es cierto que nosotros estamos asumiendo esa disposición de solo quince días de operaciones por mes, también es cierto que estamos a la espera de disposiciones para poder normalizar nuestra actividad, hasta que podamos llegar al punto de cómo lo estábamos haciendo regularmente antes de entrar en esta situación”.
Preguntado sobre si les resulta rentable ese sistema de 7×7 para el comercio, dijo que, al principio, “fue bastante duro porque, por supuesto, nosotros no estábamos acostumbrados. Se supone que las empresas tienen compromisos que cumplir, y ello depende, como todo el giro comercial, del flujo de caja.
Lógicamente, un flujo de caja, de quince días, nos complicó al principio, pero prácticamente nos hemos ido adecuando a esa situación, y, desde luego, eso no nos permite ahora cubrir o cumplir todas las metas económicas que tenemos en cada una de nuestras empresas, pero nos estamos manteniendo. Creo que eso es lo importante”.
Respecto al cierre de establecimientos comerciales durante la cuarentena, dijo que antes de la pandemia, estudios que se efectuaron por parte de organismos nacionales, mostraron que efectivamente había un retroceso en la actividad comercial, aproximadamente de 60 %, y en la actividad industrial, más o menos 80-85 %. Pero en tiempos de la crisis del virus, los números, extrañamente, no muestran incremento en el cierre de comercios.
Se sabe que los sectores económicos, los negocios, tienen cierta movilidad, pero también obedecen a la voluntad de su junta directiva. Hay directivos que no están conformes con los resultados, y allí se da un fenómeno que se llama dislocalización, que ocurre cuando el empresario deja de invertir en un negocio, para trasladarse a otro lugar que le puede ofrecer más oportunidades.
Otra causal es la expectativa que los inversores tienen con respecto al futuro inmediato de la economía venezolana. Puede que alguien sienta que las cosas no van a cambiar, por lo menos a corto plazo, y por ello prefieren, por el momento, buscar una alternativa.
Pero muchos de los empresarios que cerraron y se fueron del país, con la intención de laborar en otras partes, se consiguieron con las dificultades que en esos países se presentaban como consecuencia del virus, y eso desmotivó la emigración. Eso hizo disminuir o, al menos, reducir el índice de cierres. Ahora, dice, es admirable que las empresas están haciendo lo posible para mantenerse, también un poco de la mano de los gremios empresariales, que están haciendo gestión, orientando la actividad para que podamos seguir avanzando.
El optimismo reina pese a las circunstancias, en la actividad comercial del estado, y la esperanza de lograr volver a la normalidad no se pierde.
Humberto Contreras