Sucesos
Más de 2 años sin saber de su paradero tiene la familia de la comerciante Ana Roso
4 de noviembre de 2020
Han transcurrido 2 años y medio, pero la incertidumbre y angustia que ese 10 de abril de 2018 se originaron por su misteriosa desaparición continúan latentes entre los seres queridos de la comerciante tachirense Ana Zoraya Roso Vivas.
Para esa fecha tenía 40 años; vivía junto con sus dos hijos (ahora de 15 y 8 años) y su esposo, en la calle 5 de Santa Eduviges, Táriba, municipio Cárdenas, justo al lado de la panadería que ambos administraban.
Precisamente, ese 10 de abril, al mediodía, él fue la última persona que la vio antes de desaparecer.
Ana Zoraya era paciente maníaco-depresiva. Habían acudido en moto hasta una farmacia de la avenida Lucio Oquendo, cerca del Hospital Central de San Cristóbal, con el propósito de adquirir el resto de medicamentos que ella necesitaba para controlar su situación médica.
Según evidenció la grabación de la cámara de seguridad de dicha farmacia, el esposo bajó de la moto e ingresó al establecimiento. Unos segundos después, Ana, repentinamente, también descendió del pequeño vehículo, introdujo la mano en la cesta de la moto, extrajo lo que se cree eran los medicamentos que ya habían comprado, y sencillamente se fue.
Hasta el día de hoy, a pesar de la desesperada búsqueda que emprendieron, incluso en el vecino país, no han encontrado ni una pista sobre la comerciante; pareciera como si la tierra se la tragó.
Reflexionando en este tiempo que ha pasado, sus familiares han pensado en que una súbita crisis de la enfermedad, también conocida como bipolaridad, pudo haber detonado su huida; sin embargo, algunos de sus seres queridos, que conversaron con ella antes de esa situación, aseguran que la notaron tranquila, sobre todo porque con regularidad tomaba el tratamiento. Es decir, estaba lúcida.
Lo que hizo Ana Zoraya no deja de ser extraño para sus parientes. Su ausencia ha hecho mella en ellos. Sus hijos la extrañan y necesitan, y su madre sucumbió ante la tristeza, tanto así que ha tenido que ser asistida por un psicólogo.
La comerciante no se llevó sus documentos de identidad, tampoco tenía dinero. Su incierto paradero, por tanto tiempo, ha causado serios daños en el seno familiar.
Por eso, agradecen a quien tenga conocimiento sobre su actual paradero, informar a la familia, a través de los números telefónicos: 04267750677 y 04247314165.
Miriam Bustos