Según datos de la ONU en los últimos catorce años mil 200 periodistas fueron asesinados por cumplir con su tarea de informar al público
Ser periodista se convirtió en una profesión de alto riesgo y en los últimos años nadie imaginó lo difícil que seria ejercer a profesión.
Sin embargo, estos profesionales continúan en las calles ejerciendo su labor y asumiendo los peligros que trae consigo el periodismo que incomoda a muchos.
El dato más escalofriante es que el 90% de los crímenes cometidos a periodistas quedan impunes.
En las cifras presentadas no se incluyen otros crímenes contra los periodistas como la tortura, las desapariciones, las detenciones arbitrarias, la intimidación o el acoso.
Estos hechos son muy graves porque atentan contra el derecho de la sociedad a estar informados de manera independiente. También van en contra del diálogo, la paz y el buen gobierno.
El tipo de noticias que son silenciadas con estos crímenes es exactamente la información que la opinión pública necesita.
Informar no es delito
Entre enero y junio de este año 23 periodistas venezolanos fueron detenidos de forma arbitraria.
El Instituto de Prensa y Sociedad (Ipys) Venezuela asegura que las detenciones ocurridas «revelan un patrón de judicialización contra periodistas».
Por su parte cifras de Espacio Público indica que «durante los dos primeros cuatrimestres del 2020 se contabilizaron 110 detenciones, lo cual indica un incremento del 18% con relación a las detenciones registradas durante el mismo periodo de tiempo en el 2019».
«El 34% del total de detenidos durante lo que va de 2020 son particulares, mientras que el 28% de esta cifra corresponde a periodistas».
Durante la Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), realizada de forma virtual, se presentó un informe en el que se denuncia que «las detenciones arbitrarias y la intimidación verbal tienen un carácter masivo e indiscriminado. Ocurren en cualquier parte del territorio y a cualquier hora”.
De igual manera el informe advierte «que los militares y los policías impiden la libre circulación de los periodistas, por ello, las unidades móviles y los reporteros son secuestrados o atacados».