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Transportistas de rutas de la frontera piden se les permita reiniciar trabajo

9 de noviembre de 2020

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A raíz de que el Gobierno nacional ordenara el cierre de los puentes binacionales, y limitó al extremo el cruce peatonal, los venezolanos que se ganaban su sustento y el de sus familias haciendo transporte legal de pasajeros en esas rutas, están prácticamente en la ruina, mientras que prolifera la piratería ante la indiferencia de las autoridades.

Freddy Solano, sindicalista del sector transporte, hacia y desde el área de frontera, es representante de las líneas llamadas “cinco puestos” (automóviles) que se movilizan en esa ruta, que en total son 16 empresas, unas laboran desde fuera del terminal, y las organizadas, y que agrupan, entre avances y socios, más de mil trecientos trabajadores.

Señala Solano que pese a lo difícil de la situación que soportan, lo cual se ha hecho saber con profundidad a distintas instancias de gobierno, no ha habido ni una señal de esperanza, que les permita concretar su reactivación laboral, y su recuperación económica.

—Participamos con otras representaciones de la actividad comercial regional en la gestión para la rehabilitación del terminal de San Antonio y, en efecto, se logró, pero nosotros, nuestra ruta, aun cumpliendo las condiciones que fueron impuestas para ello, no fue tomada en cuenta, y no se ha abierto, mientras nuestra situación laboral y económica se agudiza, ya que aún, con tanto tiempo esperando, no hemos logrado una respuesta satisfactoria para el sector.

Pero sí hay “piratas”

—Lo único es la piratería, reseña Solano, que la verdad eso sí se ha incrementado muchísimo, porque vemos cómo vehículos ajenos a nuestras líneas van y vienen a la frontera, hasta tres y cuatro veces al día, el mismo auto, cuando supuestamente no hay paso, o permiso.

Sí hay trabajo para el transporte pirata, lo que quiere decir que sí hay paso, o entonces que expliquen qué están haciendo estas unidades laborando ilegalmente para viajar varias veces cada día, sin que las autoridades lo impidan. La permisividad con ese paso irregular, o inexplicable, nos está afectando muchísimo a nosotros.

“Nuestras pérdidas son enormes –enfatiza-. Las empresas están ya en un default, muy cercano a la quiebra, por la inactividad. Y le hemos pedido encarecidamente al Gobierno nacional, al licenciado Freddy Bernal, al ministro Hipólito Abreu, que atiendan este llamado, para que, por favor, nosotros podamos reabrir nuestras rutas”.

—Hemos hecho hincapié, agrega Solano, en la propuesta que nosotros llevamos y hemos expuesto en nuestras diligencias, pues le hemos asegurado al gobierno que, al reactivar nuestras labores, pondremos en práctica todos los protocolos de bioseguridad establecidos, pues nuestras empresas están en capacidad de hacerlo.

Pero, en cambio, los piratas están laborando, y ¿qué capacidad tienen ellos de garantizar esas medidas? Una persona que vaya a la frontera en estos momentos, y que se monte en cualquier unidad de esas piratas, ¿qué medida le pueden en aplicar esas unidades, si no tienen una parada apropiada para ello, donde los pasajeros se puedan lavar las manos, y donde se les pueda aplicar el gel antibacterial?, se pregunta el transportista.

Dijo que también están afectadas cuatro líneas que viajan a Maracaibo, en iguales condiciones de precariedad económica, pues ninguna ha podido trabajar desde que se inició el cierre de actividades por la cuarentena. No se ha podido reactivar ninguna empresa, pero los ilegales son los que están laborando en este momento.

Y la piratería se profundiza

Ahora se ha creado un servicio similar al llamado Uber, explica Solano, que por las redes sociales anuncian que van a viajar a San Cristóbal o San Antonio, ofreciendo el servicio de transporte. Los interesados los contactan, y ellos van hasta la casa del pasajero, y lo buscan. Este servicio atiende también pasajeros para otras ciudades del país.

—Nosotros no nos explicamos cómo esas unidades se mueven libremente por todo el país, si supuestamente no hay movilidad permitida para el transporte legal. Y lo peor es que, en las semanas de cuarentena radical, dentro del plan 7×7, es cuando más se aprecia el incremento de esta actividad, pues pareciera que es cuando más viaja la gente, y cuando más oferta de transporte hay.

Hemos hecho muchas reuniones, hemos agotado papel haciendo escritos, informes para los organismos, y hasta los momentos no hemos obtenido ningún resultado positivo que nos diga nada positivo, ni esperanzador, aun cuando de la parte institucional, como el INTT y los diferentes actores oficiales que hacen vida dentro del terminal, han intentado frenar de alguna manera esa actividad.

Pero la realidad, continúa Solano, es que no ha sido una gestión de la que uno pueda decir que se avizora solución para el problema. Los terminales clandestinos han crecido en número, lo que indica el avance de esa situación.

Merecen una respuesta

—En este momento, lo más reciente, dentro de las diferentes gestiones que hemos realizado, llevamos carta a Freddy Bernal, se llevó al ministro Abreu, y a nivel de la Presidencia, cumpliendo con los canales regulares, para que seamos atendidos y podamos lograr la reapertura y la reactivación de nuestro sector.

Pero aún no tenemos respuesta de ningún tipo, en los cuatro o cinco meses que llevamos haciendo este trabajo de relaciones y diligencias. Tienen que tomar en cuenta que hay entre tres y cuatro mil personas afectadas directamente, si consideramos también las líneas de autobuses, dijo. No estamos pidiendo limosna, ni ayuda. Lo que pedimos es que nos dejen trabajar, dice el dirigente del sector transporte fronterizo.

Al final, cada uno de ellos representa una familia. Es decir, son tres o cuatro mil familias que esperan una pronta respuesta del Gobierno nacional, a los planteamientos que el sector transporte de frontera le plantea, para que, como venezolanos, tengan una respuesta favorable y pronto.

Humberto Contreras

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