(AFP) Un año después de la caída del mandatario izquierdista Evo Morales, su delfín Luis Arce asumió este domingo como nuevo presidente de Bolivia, prometiendo un gobierno «para todos y todas», con el desafío de cerrar las heridas políticas y superar la crisis económica.
Arce sucedió a la mandataria interina de derecha Jeanine Áñez para un periodo de cinco años, lo que marcó el retorno al poder después de un año del Movimiento al Socialismo (MAS), liderado por Morales, quien regresará al país el lunes desde su exilio en la vecina Argentina.
«Iniciamos una nueva etapa en nuestra historia y queremos hacerlo con un gobierno que sea para todos y todas, sin discriminación de ninguna naturaleza. Nuestro gobierno buscará reconstruir nuestra patria en unidad, para vivir en paz», declaró Arce en su discurso tras ser juramentado por su vicepresidente, David Choquehuanca.
«Nos comprometemos a rectificar lo que estuvo mal y a profundizar lo que estuvo bien», agregó.
El rey Felipe VI de España y los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; de Colombia, Iván Duque; y de Paraguay, Mario Abdo Benítez; así como el ministro de Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, entre otros, asistieron a la toma de posesión de Arce, un economista de 57 años con maestría en Gran Bretaña y con perfil de tecnócrata más que de político.
Tras su juramentación en el Congreso, el flamante mandatario caminó al Palacio Quemado, la sede de gobierno, situado en diagonal al edificio del Legislativo, también frente a la Plaza Murillo de La Paz.