Madrid, España (AFP) Un amistoso con sabor a ‘tiki-taka’: España y Holanda se enfrentan el miércoles, en un duelo entre los seleccionadores Luis Enrique y Frank de Boer, excompañeros en un Barcelona heredero de la filosofía de juego neerlandesa.

Diecisiete años después del fin de su aventura en el Barça, Luis Enrique y Frank de Boer, se reencontrarán el miércoles en Ámsterdam en el evocador Johan Cruyff Arena, a la cabeza de dos de las mejores selecciones del mundo, antes de la recta final de la Liga de Naciones 2020.

Nacidos con siete días de intervalo hace poco más de 50 años, – el 8 de mayo de 1970 para el español, el 15 de mayo para el holandés, ambos jugaron juntos en 122 de los 214 partidos que De Boer disputó con los azulgranas entre 1999 y 2003.

Misma visión del fútbol

Aunque se le asocie menos con la institución que es el Barça que otros de sus compatriotas como Cruyff, Johan Neeskens o Ronald Koeman, Frank de Boer vivió una bonita y larga historia de amor como central con el club azulgrana, junto a Luis Enrique.

“Luis y yo teníamos una excelente relación, tanto en el campo como fuera de él”, subrayaba el holandés en 2014, con motivo de su primer enfrentamiento.

“Era el segundo capitán del equipo y tenía una mentalidad de ganador y luchador. Era un profesional ejemplar”, elogió entonces a Luis Enrique.

Ambos se enfrentaban por primera vez como entrenadores en la fase de grupos de la Liga de Campeones, cuando Luis Enrique entrenaba al Barça y De Boer al Ajax de Ámsterdam.

Tras interiorizar el estilo de juego holandés bajo las órdenes de Louis Van Gaal (1997-2000 y en 2002-2003) en el Barça, los dos compañeros, ahora entrenadores y seleccionadores, comparten una misma visión del fútbol: un juego de posesión, apoyado en una multiplicación de pases cortos.

El nuevo seleccionador holandés (2 empates frente a Bosnia e Italia), que tomó el relevó de Ronald Koeman (fichado por el Barça en agosto), ya mostraba su predilección por un juego bonito en el Barça: le gustaba construir desde atrás con la calidad de su zurda.

Leía el juego a la perfección y le impulsaba esa sed de victoria y esa seguridad típicamente holandesas.